Ángel Hernández, un nombre que ha generado tanto frustración como debate entre los aficionados al béisbol, se retiró oficialmente como árbitro de las Grandes Ligas (MLB) el martes. Su carrera de casi 40 años terminó con un acuerdo no revelado con la MLB, concluyendo bajo una nube de controversia y escrutinio público.
Un arbitraje marcado por la controversia
La salida de Hernández significa el final de una era marcada por un arbitraje notorio, según USA Today. Conocido por sus llamadas inconsistentes y un comportamiento confrontacional, Hernández se convirtió en una figura polarizante.
A pesar de su controvertida reputación, las evaluaciones de la actuación de Hernández revelan un panorama lleno de matices. Plataformas como Umpire Scorecards indican que, al igual que muchos árbitros, logró una gran precisión a la hora de anunciar bolas y strikes. En la temporada 2023, Hernández tuvo un índice de precisión del 93,2%, lo que le situó en el nivel medio de sus colegas.
Sin embargo, un puñado de partidos mal pitados ensombrecieron el rendimiento general de Hernández. Su visible lenguaje corporal de confrontación en el campo hizo poco por ganarse el cariño de los aficionados o de los jugadores. Las batallas legales con la MLB, incluida una demanda por discriminación en 2017, complicaron aún más su imagen pública.
El anuncio de la retirada de Hernández destacó sus contribuciones a la promoción de las minorías en el deporte desde 1991. Aunque estas contribuciones son objeto de debate, se cruzan con otros más amplios sobre la diversidad y la inclusión en el deporte profesional.
¿Retirada de Ángel Hernández impulsa la automatización?
La retirada de Hernández suscitó debates más amplios sobre el futuro del arbitraje en una era cada vez más automatizada. El momento su salida coincide con los experimentos de la MLB con el sistema automático de golpeo de pelota (ABS), también conocido como "árbitros robot".
Esta tecnología pretende reducir los errores humanos y garantizar la consistencia de las decisiones. Aunque no se espera hasta 2026, refleja un cambio hacia una experiencia de béisbol más automatizada.
En última instancia, la retirada de Ángel Hernández representa algo más que el final de una polémica carrera como árbitro. Señala una transformación dentro de la MLB a medida que equilibra los elementos humanos y la precisión tecnológica. Puede que el béisbol sea más preciso sin él, pero también puede que eche de menos la inefable calidad que proporciona el error humano.