La reciente nueva política fronteriza del presidente Biden para regular las solicitudes de asilo en la frontera sur desató críticas de ambos partidos políticos.
Firmada para gestionar más eficazmente a los solicitantes de asilo, la orden suspende temporalmente la entrada de no ciudadanos cuando los encuentros diarios superan los 2.500 en una semana. Esta suspensión continuará hasta que la media descienda por debajo de los 1.500 encuentros diarios en siete días.
La administración afirma que esta medida pretende facilitar la rápida expulsión de individuos sin base legal para permanecer en EEUU. Existen excepciones para los titulares de visados, los niños no acompañados, las víctimas de tráfico grave, los individuos que se enfrentan a emergencias médicas agudas y los que se enfrentan a amenazas inminentes.
Los migrantes que utilicen la aplicación CBP One para solicitar la entrada legal en los puertos de entrada también están exentos, y se permite el paso de 1.500 migrantes al día. Señalando a los republicanos por no haber asegurado la frontera por medios legislativos.
"Hoy estoy superando la obstrucción republicana y utilizando las autoridades ejecutivas que tengo a mi disposición como presidente para hacer lo que pueda por mi cuenta para abordar la frontera".
Joe Biden al público estadounidense
Reacciones republicanas
Sin embargo, esta proclamación provocó una reacción variada. Los republicanos de la Cámara de Representantes, entre ellos el presidente Mike Johnson y el líder de la mayoría Steve Scalise, condenaron la política fronteriza como una "truco político desesperado para tratar de estabilizar sus cifras en caída libre en las encuestas" de cara a las elecciones de noviembre.
Argumentan que esta acción no aborda adecuadamente cuestiones significativas como los abusos de la libertad condicional, las políticas de captura y liberación, el uso de la aplicación CBP One o la reimplantación de la política de "Permanecer en México" de la era Trump.
Criticaron a Biden, afirmando que sus medidas dejaban a las comunidades estadounidenses vulnerables a los criminales violentos, los cárteles y la entrada de drogas.
Mark Green, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, no estuvo de acuerdo, argumentando que la política de Biden sólo legitima la persistente inmigración ilegal.
"Esta cifra no cuenta ninguno de los aproximadamente 70.000 encuentros mensuales a través de los programas ilegales CBP One, CHNV y otros programas de libertad condicional masiva de Biden y Mayorkas".
Mencionó Mark Green
Stephen Miller, alto funcionario de la Casa Blanca en la administración Trump, arremetió contra la nueva política fronteriza, subrayando que muchos inmigrantes acabarán entrando en el país a pesar de las barreras iniciales.
"Aun así te liberarán mediante un [Aviso de comparecencia]. Aún te darán una fecha de corte en el futuro. Aún te liberarán por cuestiones de capacidad. México no los aceptará, otros países ganaron. No los aceptarán. No tienen espacio de detención, no hay planes de detención. La Patrulla Fronteriza seguirá liberando a todos, y todos los que no liberen irán a un puerto de entrada y serán liberados. el país con libertad condicional para vivir en nuestras comunidades"
Dijo a los periodistas Stephen Miller
Los senadores republicanos igualaron las críticas contra la nueva política fronteriza, centrándose en el momento y la motivación política percibida. El senador John Cornyn, republicano de Texas, cuestionó el retraso de la acción de Biden.
"Y mi pregunta para él es: ¿por qué esperaste hasta ahora si realmente querías hacerlo? La respuesta simple es que él no se toma en serio asegurar la frontera".
Dijo John Cornyn
Haciéndose eco del sentimiento, el senador John Kennedy, republicano por Laos, comentó: "Esta es una de las cosas más cínicas que he visto a un político intentar hacer cinco meses antes de una elección. Es insultante. Es barato".
Reacciones demócratas
En el bando demócrata también hubo disensiones. La representante Pramila Jayapal, miembro de mayor rango del subcomité judicial sobre inmigración, se refirió a la orden como un "paso peligroso en la dirección equivocada".
Jayapal hizo hincapié en su dependencia de la misma autoridad legal utilizada por la administración Trump para políticas controvertidas, criticándola por penalizar a los solicitantes de asilo y perpetuar una narrativa equivocada de sólo aplicación.
Del mismo modo, el representante Bennie Thompson, miembro de mayor rango del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, expresó su preocupación por el impacto humanitario que podría tener esta nueva política fronteriza.
"El presidente Biden ha actuado frente a los republicanos del Congreso que decidieron cínicamente bloquear la legislación bipartidista de seguridad fronteriza", declaró Thompson, subrayando la necesidad de mantener el acceso al asilo en virtud de la legislación estadounidense.
En el Senado, el senador Alex Padilla, demócrata por California, acusó a Biden de haber "socavado los valores estadounidenses y abandonado las obligaciones de nuestra nación de brindar a las personas que huyen de la persecución, la violencia y el autoritarismo la oportunidad de buscar refugio en Estados Unidos".
"Esta prohibición de asilo no abordará el desafío en nuestra frontera, tal como lo hizo bajo la administración Trump. Llevará a que a las personas con solicitudes legítimas de asilo se les impida buscar seguridad y se les devuelva al peligro"
Afirmó Padilla