El juicio por posesión de armas contra Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, avanza con declaraciones explosivas. Una de ellas fue la de Zoe Kestan, su exnovia, quien contó detalles sobre el historial de adicción a las drogas del acusado y aseguró que “consumía crack cada 20 minutos”.
Biden hijo es juzgado en Wilmington, Delaware, por cargos relacionados con la posesión de un arma de fuego mientras presuntamente consumía narcóticos. En ese sentido, Kestan dijo que conoció a Hunter durante un “baile privado” en un “club de caballeros” en Nueva York, y que a menudo retiraba dinero en efectivo para comprar drogas.
¿Qué más dijo la ex de Hunter Biden?
Kestan detalló el uso de drogas de Hunter Biden durante su relación. Según dijo, el primer día que se conocieron en el club de caballeros en diciembre de 2017, él comenzó a fumar crack “en 10 minutos”.
Sostuvo que vio este patrón repetido durante su relación en habitaciones de hoteles de lujo en Nueva York, Nueva Jersey y California.
Biden “querría fumar tan pronto como se despertara”. La exnovia también testificó que lo vio fumando crack en Malibú, California, durante varios días en septiembre de 2018, un mes antes de que comprara el arma.
Los fiscales mostraron al jurado imágenes supuestamente tomadas por Kestan que mostraban pipas de crack en las habitaciones en las que se alojaba con Hunter Biden.
Una de las imágenes aparentemente mostraba al acusado en un baño con una pipa de de esa droga en la mano.
El caso contra Hunter Biden
Se trata del primer proceso penal contra un hijo de un presidente estadounidense, con el agravante de que ocurre en medio de la campaña en la que Joe Biden busca la reelección contra Donald Trump.
El caso ha suscitado un importante escrutinio conservador. Los críticos aprovechan los problemas legales de Hunter Biden contra el Presidente. El mandatario niega cualquier implicación en los asuntos legales o empresariales de su hijo.
El hijo mayor del Presidente podría enfrentar hasta 25 años de prisión si es declarado culpable de los tres cargos federales que le imputan en el caso.
El abogado defensor de Hunter argumentó que su cliente no consumía drogas cuando compró el arma.
Explicó además que el arma nunca fue cargada, transportada o utilizada durante los 11 días que Hunter la poseyó. Desde que declaró su inocencia el pasado octubre, Hunter insiste en que lleva sobrio desde 2019.
Delaware, un bastión de la familia Biden, comenzó con el énfasis de la fiscalía en la gravedad de las acciones de Hunter. "Nadie está por encima de la ley, seas quien seas o te llames como te llames", declaró el fiscal Derek Hines.
Hizo hincapié en la imprudente decisión de Hunter de comprar un revólver siendo un conocido consumidor de crack.
La cuñada también declaró
Por su parte, Hallie Biden, la cuñada de Hunter, testificó también en el juicio penal y dijo que tomó y tiró el arma por temor a su creciente adicción, lo que podría reforzar el caso de los fiscales de que el hijo del Presidente violó la ley que prohíbe a los consumidores de drogas ilegales poseer armas de fuego.
Los miembros del jurado vieron imágenes de una cámara de vigilancia de Hallie Biden arrojando el arma de Hunter Biden a un bote de basura de un supermercado, así como mensajes de texto en los que ella decía que temía por su vida.
“Entré en pánico y quería deshacerme de ellas”, testificó sobre el hallazgo del arma y la munición en la consola del vehículo en octubre de 2018. “No quería que se hiciera daño, y no quería que mis hijos lo encontraran y se hicieran daño”.