Centroamérica está luchando contra inundaciones devastadoras y movimientos de tierra provocados por lluvias continuas. Esto afecta principalmente a El Salvador, Guatemala y Honduras durante la última semana. Hasta el viernes, las autoridades informaron de al menos 30 muertos debido a estas graves condiciones.
Las inundaciones y los movimientos de tierra fueron críticos en El Salvador, donde las autoridades confirmaron 19 muertes. Luis Alonso Amaya, director de Protección Civil de El Salvador, compartió estas estadísticas a través de los medios de comunicación locales.
Dos niños murieron en Soyapango, un distrito a 10 kilómetros de la capital, cuando un corrimiento de tierras sepultó su casa. Otros dos residentes de la casa sobrevivieron y actualmente reciben atención médica.
Bajo la presidencia de Nayib Bukele, el gobierno de El Salvador evacuó a unas 2.582 personas, reubicándolas en 82 refugios activos de los 150 preparados para emergencias.
Evacuaciones en Guatemala y Honduras
Guatemala también sufre de forma significativa, con un balance de 10 muertos. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) estima que unas 368 personas residen en refugios de emergencia. Los daños en infraestructuras incluyen daños en 225 carreteras, 27 escuelas y más de 2.800 viviendas en diversos grados.
En Honduras, el mal tiempo se cobró una vida, según confirmó el Comité Permanente de Contingencias (Copeco). Las evacuaciones ascienden a 1.235 personas y 211 permanecen en refugios. La víctima mortal se produjo en el departamento de Francisco Morazán, y otra persona está desaparecida en Lempira, en el oeste del país.
Honduras mantiene alertas para mitigar los riesgos de nuevos desastres. El gobierno mantiene la alerta roja para seis departamentos: Ocotepeque, Lempira, La Paz, Intibucá, Valle y Choluteca. Además, Francisco Morazán y Copán están bajo alerta amarilla, y hay alertas verdes activas en Santa Bárbara, Comayagua y El Paraíso.
Estas lluvias persistentes descubren la vulnerabilidad de Centroamérica en términos de infraestructuras y preparación ante desastres. Los gobiernos y los servicios de emergencia siguen centrándose en las operaciones de rescate y en proporcionar refugio a los desplazados por el clima extremo.