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El primer impuesto al carbono del mundo: ganaderos de Dinamarca pagarán casi $100 por vaca

Mientras que la industria láctea danesa ha acogido con gran satisfacción la nueva política, la recepción entre los agricultores sigue siendo desigual

En una medida pionera para combatir el cambio climático, el gobierno de Dinamarca anunció esta semana un impuesto anual sobre el carbono de 672 coronas (96 dólares) por vaca para los ganaderos lecheros, dirigido a las emisiones generadas por el ganado.

Esta iniciativa, que comenzará a aplicarse en 2030, supone el primer impuesto sobre el carbono en la agricultura del mundo y subraya los ambiciosos objetivos de acción climática de Dinamarca.

Dinamarca, conocida por sus importantes exportaciones de productos lácteos y porcinos, identifica la agricultura como su principal fuente de emisiones.

Para hacer frente a esto, el gobierno planea importantes inversiones, incluyendo 40.000 millones de coronas (3.700 millones de dólares) en iniciativas como la reforestación y la creación de humedales.

El ministro de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, destacó el alcance transformador de este acuerdo, calificándolo de "la mayor transformación del paisaje danés de los últimos tiempos".

Mientras que la industria láctea danesa ha acogido con gran satisfacción la nueva política, la recepción entre los agricultores sigue siendo desigual.

La historia muestra un descontento europeo más amplio, con agricultores que protestan contra las normativas medioambientales que perciben como excesivamente burocráticas.

La razón del impuesto por vaca en Dinamarca

El sistema alimentario mundial tiene un impacto significativo en el clima, ya que contribuye con alrededor de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. La ganadería, en particular, representa una parte considerable, aproximadamente el 12% de las emisiones mundiales.

El metano -producido por las vacas a través de sus eructos y estiércol- destaca como un importante contaminante debido a sus potentes propiedades para calentar el planeta.

La nueva estructura impositiva, que espera la aprobación parlamentaria a finales de este año, se fijará inicialmente en 300 coronas (43 dólares) por tonelada de emisiones equivalentes de CO2 procedentes de la ganadería, y subirá a 750 coronas (107 dólares) en 2035.

Descuento fiscal

Los ganaderos recibirán un descuento fiscal del 60%, pagando 120 coronas (17 dólares) por tonelada a partir de 2030, que aumentará a 300 coronas (43 dólares) en 2035.

Por término medio, las vacas lecheras danesas, responsables de importantes emisiones, soportarán un impuesto de 672 coronas (96 dólares) al año con el tipo inicial, que aumentará a 1.680 coronas (241 dólares) en 2035.

Inicialmente, los ingresos generados por este impuesto apoyarán la transición ecológica del sector agrícola antes de ser reevaluados. Torsten Hasforth, economista jefe de Concito, un grupo de reflexión ecológico danés, declaró que el objetivo principal del impuesto es incentivar al sector para que cree estrategias de reducción de emisiones, como la modificación de los piensos.

Sin embargo, las medidas propuestas han encontrado la resistencia de algunos grupos agrarios. Peter Kiær, presidente de la asociación danesa de agricultores Bæredygtigt Landbrug, criticó el acuerdo por excesivamente burocrático e ineficaz para resolver los problemas climáticos.

"Creemos que el acuerdo es pura burocracia. Reconocemos que hay un problema climático... Pero no creemos que este acuerdo vaya a resolver los problemas, porque pondrá un freno a las inversiones verdes en la agricultura", criticó Kiær.

Por el contrario, Peder Tuborgh, director general de Arla Foods, reconoció el potencial del impuesto pero argumentó que debían establecerse disposiciones para los agricultores que ya se esfuerzan por reducir las emisiones.

Kristian Hundeboll, director general de DLG Group, subrayó la importancia de alinear el impuesto con la legislación de la Unión Europea para garantizar la equidad competitiva. Expresó su preocupación por que la acción unilateral pudiera socavar beneficios más amplios para el clima, la agricultura y las industrias auxiliares.

"Ni el clima, ni la agricultura ni las industrias auxiliares se benefician de que Dinamarca actúe unilateralmente", afirmó.

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