Los jefes militares de más alto rango de Israel abogan por un alto el fuego en Gaza, aunque ello signifique permitir que Hamás permanezca en el poder temporalmente, informó el New York Times.
Su impulso revela un creciente desacuerdo con el primer ministro Benjamin Netanyahu, que se resiste a cualquier tregua que pueda permitir la supervivencia de Hamás.
Prioridad: Liberación de rehenes
La postura de los generales obedece a consideraciones tanto humanitarias como estratégicas. Seis oficiales de seguridad actuales y anteriores subrayan que su principal prioridad es la liberación de unos 120 israelíes, tanto vivos como muertos, actualmente retenidos en Gaza. Consideran que un alto el fuego es la forma más eficaz de lograr su regreso.
El ejército israelí se encuentra soportando su guerra más larga en décadas con pocas municiones . Esta tensión hace necesaria la recuperación, especialmente ante la posibilidad de un conflicto terrestre con Hezbollah.
La milicia libanesa mantiene un compromiso de bajo nivel con Israel desde octubre, y los generales insisten en que sus fuerzas deben estar preparadas para cualquier escalada.
Divergencias políticas y estratégicas en Israel
El exasesor de seguridad nacional israelí, Eyal Hulata, dijo que "los militares apoyan plenamente un acuerdo sobre los rehenes y un alto el fuego", y agrega que "comprenden que una pausa en Gaza hace que la desescalada sea más probable en el Líbano. Y tienen menos municiones, menos piezas de repuesto, menos energía que antes, por lo que también creen que una pausa en Gaza nos da más tiempo para prepararnos en caso de que estalle una guerra más grande con Hezbolá".
Hezbolla se comprometió a continuar sus ataques contra el norte de Israel hasta que este detenga sus acciones militares en Gaza.
La mayoría de los funcionarios prefieren permanecer en el anonimato debido a la naturaleza sensible de las discusiones sobre seguridad. Sus percepciones pintan un cuadro complejo en el que las preocupaciones humanitarias se cruzan con la logística militar y los cálculos geopolíticos más amplios.
El primer ministro Netanyahu, sin embargo, se opone a una tregua con Hamás. Teme que permitir que el grupo militante perdure socavaría los objetivos de seguridad a largo plazo de Israel.
"Israel está dispuesto a poner fin a la guerra antes de lograr todos sus objetivos. No sé quiénes son esas partes anónimas, pero estoy aquí para dejarlo inequívocamente claro: eso no sucederá. Sólo terminaremos la guerra después de haber logrado todos sus objetivos, incluida la eliminación de Hamás y la liberación de todos nuestros rehenes".
Su firme postura pone de relieve una divergencia en el seno del liderazgo israelí, subrayando el difícil equilibrio entre las necesidades tácticas inmediatas y los objetivos estratégicos duraderos.
Balance entre necesidades militares y decisiones políticas
Los generales, que abogan por un alto el fuego, creen que un respiro en las hostilidades es crucial tanto por razones humanitarias como para consolidar sus fuerzas ante futuras amenazas.
Su posición refleja una conciencia de la dinámica regional en juego, en la que el conflicto con Hamás está ligado al enfrentamiento más amplio con Hezbolla.
Mientras los líderes militares y la oficina del Primer Ministro navegan por estas aguas turbulentas, el camino a seguir sigue siendo incierto. El llamamiento a una tregua entre Israel y Hamás en Gaza marca un momento crucial para Israel, en el que la alineación o el choque de las estrategias militares y políticas podría configurar el panorama de seguridad de la nación en los próximos años.