El campamento más alto del Monte Everest está lleno de basura que tomará años limpiar, según Ang Babu, sherpa que dirigió un equipo que trabajó para limpiar basura y desenterrar cadáveres congelados durante años cerca de la cima de la montaña más alta del mundo.
Décadas de expediciones de escalada dejaron tras de sí una gran cantidad de residuos. Esta situación llama la atención sobre el impacto medioambiental del alpinismo, que a menudo se pasa por alto.
Recientemente, una iniciativa apoyada por el gobierno se propuso abordar este creciente problema. El equipo, formado por sherpas (Los sherpas son uno de los grupos étnicos tibetanos originarios de las regiones montañosas de Nepal) y soldados, retiró 11 toneladas (24.000 libras) de basura y descubrió 4 cadáveres congelados durante mucho tiempo. Este enorme botín ilustra la magnitud del reto que espera.
Acumulación de basura en el Collado Sur
Ang Babu explicó que en el Collado Sur, el último campamento antes de la cumbre, se estima que hay unas 40-50 toneladas (88.000-110.000 libras) de basura.
Esta basura incluye tiendas viejas, envases de comida, bombonas de gas, botellas de oxígeno y cuerdas de escalada, todo abandonado a la altitud de 8.000 metros (26.400 pies).
Desde la primera ascensión de Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, el Everest atrajo a miles de escaladores. Sus logros también dejaron un legado de basura acumulada.
En los últimos años, la mayor concienciación medioambiental y las normativas gubernamentales que obligan a los escaladores a regresar con sus desechos redujo el vertido de basura. Sin embargo, las primeras expediciones no contaban con estas normas, lo que dio lugar a una importante acumulación de basura.
La operación de limpieza se enfrentó a importantes obstáculos. Las inclemencias del tiempo y la escasez de aire hicieron que la tarea fuera aún más extenuante.
"Tuvimos que esperar a que el tiempo fuera favorable para que se derritiera el hielo", dijo Ang Babu. Soportar las condiciones extremas fue tan desafiante como la propia misión.
Los soldados se centraron en el campamento base y las altitudes más bajas, mientras que los sherpas se enfrentaban a las condiciones más duras en lo alto. Desenterrar la basura fue una tarea laboriosa, ya que los residuos yacían incrustados en lo profundo del hielo.
Una sombría tarea consistió en recuperar un cuerpo congelado en posición erguida en el Collado Sur, lo que llevó al equipo 2 días, con pausas debidas al mal tiempo. Otro cuerpo a una altitud de 8.400 metros (27.720 pies) fue arrastrado hasta el Campo 2 durante 18 horas para su evacuación en helicóptero.
Traslado de residuos
Los restos recuperados se enviaron al Hospital Universitario Docente Tribhuvan de Katmandú para su identificación. De los residuos recogidos, 3 toneladas de material biodegradable se donaron a los pueblos cercanos a la base del Everest.
Las 8 toneladas restantes fueron transportadas por porteadores, yaks y camiones hasta Katmandú, donde Agni Ventures, una agencia de reciclaje, las procesó. Sushil Khadga, de Agni Ventures, señaló: "Los residuos más antiguos que recibimos son de 1957 y eran baterías recargables para linternas".
Los escaladores suelen abandonar los residuos por instinto de supervivencia. Khadga explicó: "A esa gran altitud, la vida es muy difícil y el oxígeno es muy escaso. Por eso, los escaladores y sus ayudantes están más concentrados en salvarse", por ello deciden desechar la mayor cantidad de peso posible.