La legendaria estrella del fútbol femenino, Marta Vieira da Silva, se prepara para su último gran torneo con la selección brasileña, envuelta en una mezcla de nostalgia y emoción. Con una carrera que abarca más de dos décadas, Marta se despide del fútbol internacional tras los próximos Juegos Olímpicos de París.
Un sueño por cumplir
La delantera de 38 años ha redefinido la excelencia en el fútbol femenino. Jugando en sus sextos Juegos Olímpicos, Marta aspira a conseguir esa esquiva medalla de oro, lo que supondría un broche de oro de ensueño a su extraordinaria carrera. Su equipo es plenamente consciente del significado especial que tiene este torneo.
"Cada vez que sales al campo, jugar con Marta a tu lado es una gran responsabilidad. Es una jugadora increíble y ahora tenemos que jugar para ella", expresó Rafaelle Souza, una defensa que creció idolatrando a Marta, a The Associated Press.
"Era como mi mayor ídolo desde que era pequeña. Así que jugar con ella ahora es un sueño hecho realidad para mí", agregó.
Un palmarés impresionante
Marta ostenta un récord extraordinario: 118 goles en 183 partidos internacionales. Posee títulos de 6 Copas del Mundo y 6 Olimpiadas. Con 17 goles en la Copa Mundial y 13 en los Juegos Olímpicos, Marta está a un gol del récord olímpico de su compatriota Cristiane.
De Dois Riachos al mundo
El viaje de Marta desde su ciudad natal de Dois Riachos, una pequeña localidad alejada del bullicio de Río de Janeiro, hasta la aclamación mundial, comenzó pronto. A los 17 años, jugó su primer Mundial en Estados Unidos. Con los años, su papel evolucionó de talento prodigioso a estrella guía para las jugadoras brasileñas en ciernes.
Las proezas de Marta siguen intactas, como demuestra su reciente temporada con el Orlando Pride de la Liga Nacional de Fútbol Femenino. Con 5 goles en 12 partidos, exhibe el mismo instinto agudo que ha definido su carrera.
La última aventura olímpica de Marta Vieira
Marta reconoce el sueño incumplido de ganar un gran trofeo internacional, ya que los mejores resultados de Brasil han sido un subcampeonato mundial en 2007 y las medallas de plata olímpicas en 2004 y 2008. Adriana, otra talentosa jugadora brasileña, reitera el compromiso del equipo con Marta:
"Al ser sus últimos Juegos Olímpicos, conlleva más responsabilidad terminar este torneo con una nota alta, con el título que tanto nosotras como ella buscamos".
El enfoque de Marta pasa de jugar más allá de estas Olimpiadas a apoyar el futuro futbolístico de Brasil. Ella atesora momentos como los Juegos Olímpicos de 2004 y el Mundial de 2007, reflexionando sobre la pasión y la alegría que aporta el fútbol.
"La pasión en el juego y en las celebraciones. Hacemos feliz a la gente e inspiramos sueños, no sólo en el fútbol, sino en creer en uno mismo y en el potencial", concluyó Marta.
Mientras Marta se prepara para su última aventura olímpica, su legado inspira. Ella nos recuerda que en el fútbol, como en la vida, creer en uno mismo puede conducir a logros extraordinarios.
