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Director del Servicio Secreto admitió la responsabilidad de los fallos en la seguridad durante el atentado a Trump

Ronald Rowe Jr. dijo sentirse "avergonzado" por los errores que se cometieron el día que quisieron matar al expresidente

Ronald Rowe, director interino del Servicio Secreto de EEUU durante una audiencia en el Senado (Foto: EFE)

El director interino del Servicio Secreto de Estados Unidos, Ronald Rowe Jr., admitió ante los comités Judicial y de Seguridad Nacional del Senado la responsabilidad del organismo durante el atentado contra el expresidente Donald Trump, ocurrido el pasado 13 de julio, durante un mitin en el estado de Pensilvania.

Ese día, un joven identificado como Thomas Crooks efectuó ocho disparos desde un tejado, con los que hirió al exmandatario en una oreja y a otras personas, y asesinó a uno de los asistentes al acto de campaña del candidato republicano.

El Servicio Secreto acepta los errores

En su testimonio ante el Senado, Rowe -que compareció junto al director adjunto del FBI, Paul Abbate- expresó sentir “vergüenza” por el incidente, reconociendo que el tejado desde el que se efectuaron los disparos no fue debidamente custodiado ni observado por ningún agente.

"Fallamos", declaró el funcionario, quien hizo hincapié en la responsabilidad de la agencia de supervisar toda amenaza potencial durante el evento de Trump.

Una de las acciones como director interino de Rowe consistió en visitar el lugar del tiroteo en Butler, Pensilvania. Subió al tejado del almacén utilizado por el tirador para comprender el punto de vista que tuvo antes de efectuar el disparo que estuvo a centímetros de llevarse la vida del expresidente.

Su recorrida por la zona expuso falta de vigilancia en la azotea. Es que según se pudo comprobar, Crooks aprovechó esta laguna de seguridad y con una clara línea de visión hacia el escenario del mitin, ejecutó su plan.

Rowe, de hecho, se posicionó en el lugar del tirador, observando la vista sin obstáculos que permitieron los disparos.

"No puedo defender por qué el tejado no estaba mejor asegurado", dijo Rowe, quien admitió su responsabilidad después de que aumentaran las críticas sobre los protocolos de seguridad en actos políticos de alto perfil y que están a cargo del Servicio Secreto.

Los cuestionamientos al Servicio Secreto en el Senado

La audiencia proporcionó un examen detallado de las circunstancias que rodearon la brecha.

Los senadores formularon preguntas punzantes sobre los protocolos existentes y buscaron respuestas sobre cómo pudo producirse un descuido de seguridad semejante, a pesar de las medidas diseñadas para proteger a las personas de alto perfil como Trump.

“¿Quién era el responsable de vigilar ese tejado?”, le preguntaron a director interino. Rowe, en este caso no tuvo ninguna respuesta para dar. Los legisladores buscaron garantías de que tales descuidos no se repetirían.

Rowe señaló como principal preocupación una deficiencia en el sistema de detección de drones de la agencia.

Fallas insólitas en los drones

El sistema de drones experimentó importantes problemas de ancho de banda que retrasaron su estado operativo. Se suponía que debía estar operativo a las 3 pm, pero no lo estuvo hasta las 5:20 pm.

Según los investigadores, el sistema dependía del servicio público de telefonía móvil, lo que contribuyó al retraso.

El senador Chuck Grassley, republicano por Iowa, cuestionó esta dependencia de una red celular pública, preguntando si había habido un plan alternativo. Rowe admitió que este asunto le había causado noches de insomnio, especulando que Crooks, podría haber sido detenido antes con un sistema mejor.

"Es algo que me da la impresión de que quizá podríamos haberle encontrado. Quizá podríamos haberle detenido", sugirió.

Rowe explicó que los drones suelen aparecer en los alrededores de lugares protegidos, lo que da lugar a contactos con los operadores para determinar su intención. El día del ataque, los problemas de conectividad hicieron que Crooks consiguiera volar su dron sin ser detectado hacia las 3:51 pm.

Para evitar futuros fallos, Rowe se comprometió a asegurar una conectividad dedicada, aprovechando los recursos del Departamento de Seguridad Nacional.

El tejado, foco de las críticas

Los legisladores también interrogaron a Rowe sobre la ausencia de seguridad sobre el edificio desde el que Crooks disparó. Un equipo local designado de francotiradores que cubría ese punto de observación había abandonado inexplicablemente su posición.

El senador republicano Josh Hawley expresó su frustración por la falta de medidas disciplinarias inmediatas contra los agentes del Servicio Secreto implicados.

Argumentó que la gravedad de un intento de asesinato contra un ex presidente justificaba despidos inmediatos. Sin embargo, Rowe sostuvo que la agencia debía esperar a la conclusión de la investigación antes de tomar medidas.

Más pedidos de reformas de Servicio Secreto

El senador Rick Scott, republicano de Florida, criticó al Servicio Secreto y al FBI por su falta de transparencia. Estableciendo paralelismos con el tiroteo del club nocturno Pulse, Scott sugirió celebrar conferencias de prensa diarias para mantener al público informado.

Otra cuestión crítica fue la posesión por parte de Crooks de un telémetro, que inicialmente levantó sospechas pero que más tarde se confirmó que era para jugar al golf.

Dado que el telémetro no figuraba en la lista de artículos prohibidos, no se había considerado una amenaza. Rowe se comprometió a actualizar la lista para incluir tales artículos.

La senadora Marsha Blackburn, republicana de Tennessee, hizo referencia a una carta de un denunciante que implicaba la necesidad de reformas internas en el Servicio Secreto. Sin embargo, su oficina no facilitó la carta cuando se le solicitó.

Mientras tanto, Abbate reveló continuos problemas para acceder a las aplicaciones de mensajería encriptada del tirador en su teléfono.

Aunque el FBI identificó provisionalmente una de las cuentas de redes sociales de Crooks, la verificación completa sigue pendiente.

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