Un tierno momento se hizo viral en las pruebas de gimnasia de los Juegos Olímpicos de París 2024 cuando la gimnasta china Zhou Yaqin, de 18 años, se volteo a ver a sus compañeras italianas mordiendo sus medallas de oro y procedió a llevarse su medalla a la boca para participar en la tradición olímpica. Este tierno momento despertó una curiosidad generalizada: ¿por qué los olímpicos muerden sus medallas?
La verdadera razón por la que los atletas olímpicos muerden sus medallas
La versión más aceptada sobre el origen de esta tradición se remonta a los antiguos comerciantes de oro. Según explica el diario Today, estos comerciantes mordían las monedas para confirmar su autenticidad, ya que el oro puro es lo suficientemente blando como para ser mellado con un mordisco. Aunque las medallas olímpicas modernas no son de oro puro, el gesto persiste como un guiño juguetón a la tradición y una peculiaridad festiva entre los atletas.
¿Que más hay detrás de esta tradición?
David Wallechinsky, expresidente de la Sociedad Internacional de Historiadores Olímpicos, explicó a la CNN en 2012 que esta costumbre se ha convertido en una exigencia de los fotógrafos más que en una preferencia de los atletas. Así pues, los atletas acceden a las peticiones porque esas fotos simbolizan su triunfo en un gesto memorable y vendible.
Sin embargo, el psicólogo Frank Farley sugiere que morder la medalla es una forma de conectar personalmente con el logro. Esto le permite a los ganadores participar del simbolismo cultural de la victoria. Al dejar una marca, el atleta personaliza su premio y se une a la larga lista de campeones que han hecho lo mismo.
Un gesto que marca la historia
Pero las medallas olímpicas no siempre fueron de oro. En los resucitados Juegos Olímpicos Modernos celebrados en Atenas en 1896, los campeones recibieron medallas de plata. No fue hasta 1904 que el oro se convirtió en el metal de los campeones.
Sin embargo, debido a los altos costos, desde 1912 la mayoría de las medallas de oro son en realidad de plata con un fino baño de oro. El portal informativo Mirror UK explicó que crear medallas de oro puro sería exorbitantemente caro. Una sola costarían alrededor de £30.000 (alrededor de $38.25), en comparación con las £750 (alrededor de $956) de valoración de las medallas de París 2024.
Aunque las medallas no son de oro macizo, los atletas pueden dejar una huella dependiendo de la fuerza de su mordida. El luger alemán David Moeller lo descubrió por las malas en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010, cuando se rompió un diente mientras posaba para las fotos.
Las medallas de París 2024 tienen un detalle especial: un hexágono de hierro proveniente de la Torre Eiffel. Este elemento añade un toque nacionalista y convierte cada medalla en un pedazo de historia.
La tradición de morder las medallas es una mezcla de historia, simbolismo y marketing. Es un gesto que une a los atletas de diferentes épocas y culturas en una celebración universal de la victoria. Aunque las razones detrás de esta costumbre hayan evolucionado con el tiempo, el acto de morder la medalla sigue siendo un símbolo atemporal del triunfo olímpico.