Los residentes de la ciudad de Feni, al sureste de Bangladesh, vadean aguas de la inundación que les llegan al pecho, esforzándose por salvar sus pertenencias y escapar a un lugar seguro.
Esta ciudad, con una población de casi 1,5 millones de habitantes, se enfrenta a una inundación catastrófica que ha afectado a 11 distritos desde el miércoles por la noche. Las aguas han sumergido vastas zonas de Feni, dejando a los residentes enfrentándose a una destrucción inesperada.
La intrincada red fluvial de Bangladesh, esencial para la pesca y los arrozales, es fundamental para su modo de vida. Aunque las inundaciones son algo habitual, la gravedad de este suceso cogió a muchos por sorpresa.
La frustración aumenta contra la vecina India, ya que los residentes acusan a las autoridades indias de liberar agua de la presa de Dumbur, en el estado de Tripura, sin avisar con suficiente antelación.
En Feni, el resentimiento hacia India es fuerte. Shoriful Islam, un trabajador informático, expresó a CNN su enfado: "Abrieron la compuerta, pero no se dio ninguna información", lo que refleja la culpa generalizada que se atribuye a India. La negación por parte de India de un vertido deliberado de agua, citando unas lluvias excesivas y un corte de electricidad y comunicaciones que retrasó las advertencias, no ha aplacado la ira.
En Bangladesh creen que la culpa de la inundación es de la India
Voluntarios y funcionarios, incluidos el ejército y la marina, corren contrarreloj para rescatar a las personas varadas y proporcionar suministros esenciales. Abdus Salam, un profesor de inglés de Dhaka, se preocupa por sus familiares varados: "No sé si están vivos".
Con casi 5 millones de personas afectadas y más de 18 muertos confirmados en Bangladesh, el alcance total de la catástrofe sigue siendo incierto mientras persisten las inundaciones.
En India, la situación es igualmente grave, con 26 muertos confirmados y más de 64.000 personas buscando refugio en los campamentos de Tripura.
Los funcionarios indios atribuyen las inundaciones a las corrientes naturales de agua, haciendo hincapié en la necesidad de estrategias de gestión de inundaciones en colaboración entre las naciones.
"Las inundaciones en los ríos comunes entre India y Bangladesh son un problema compartido", señaló a CNN el Ministerio de Asuntos Exteriores indio
Mientras las tensiones diplomáticas hierven a fuego lento, las operaciones de rescate se enfrentan a retos formidables. El acceso a la zona inundada es notablemente difícil; las carreteras principales están intransitables y la falta de electricidad complica aún más la coordinación.
Voluntarios como Yasin Arafat, que viajó desde Dhaka, luchan por encontrar los barcos necesarios para las misiones de rescate. "Estoy desamparado porque no tengo barco", dijo, intentando llegar hasta su familia varada en la inundación.
Viajar en barco sigue siendo peligroso, con riesgos como atascos en los motores y peligros ocultos bajo el agua. A pesar de ello, los refugios improvisados en edificios gubernamentales y estructuras de varios pisos proporcionan refugio temporal a los desplazados. Sin embargo, estos refugios carecen de necesidades básicas como alimentos, agua y atención médica.