Un estudio reciente revela marcadas disparidades en el diagnóstico de la demencia en Estados Unidos, influidas tanto por la ubicación geográfica como por factores demográficos.
La investigación subraya cómo el lugar de residencia de una persona afecta significativamente a sus posibilidades de recibir un diagnóstico de demencia temprano, con diferencias notables entre los distintos grupos de edad y razas.
Estas disparidades pueden tener profundas repercusiones en los resultados de los pacientes y en la equidad de la atención sanitaria.
Publicado en Alzheimer's & Dementia, el estudio utilizó los registros de Medicare Fee-for-Service de 4.842.034 beneficiarios mayores de 2018 a 2019.
Descubrió una distribución desigual de los diagnósticos de enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas (ADRD) en las diferentes regiones de derivación hospitalaria.
La variación en la intensidad del diagnóstico osciló entre 0.69 y 1.47, independientemente de factores de riesgo de la población como la educación y los comportamientos de salud.
Grupos más afectados
Los individuos de entre 66 y 74 años y los procedentes de comunidades negras e hispanas mostraron sistemáticamente la intensidad diagnóstica más baja. Estos grupos sufren un retraso significativo a la hora de recibir diagnósticos de demencia a tiempo, una preocupación destacada por los expertos.
Lycia Neumann, PhD, directora sénior de Investigación de Servicios de Salud en la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, que no participó en el estudio, dijo a Medical News Today que “la enfermedad de Alzheimer y otras demencias suelen estar infradiagnosticadas, como lo muestran los datos del informe Datos y cifras sobre la enfermedad de Alzheimer de 2024”.
“Y, como demuestra este artículo recién publicado, existen importantes diferencias geográficas en las tasas de diagnóstico de demencia, que se ven agravadas por la edad y las disparidades raciales/étnicas”, dijo.
La autora principal, la Dra. Julie P. W. Bynum, de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, señaló que, aunque los datos por sí solos no pueden identificar las causas exactas, las discrepancias de los sistemas sanitarios locales desempeñan un papel crucial.
Factores como "la confianza y la comodidad de los proveedores de atención primaria al hacer el diagnóstico y la disponibilidad de especialistas en demencia para ayudar con los casos difíciles”, según Bynum.
Las ideas erróneas sobre la demencia como parte normal del envejecimiento, el estigma y las dudas sobre la ayuda disponible pueden disuadir aún más a las personas de buscar un diagnóstico.
Barreras para comunidades específicas
Las poblaciones negra e hispana encuentran barreras adicionales. Estas comunidades suelen tener menos acceso a la asistencia sanitaria y es menos probable que busquen o reciban un diagnóstico.
El estigma que rodea a los diagnósticos de demencia amplifica estos retos. Hay otros problemas que pueden dar lugar a un subdiagnóstico en el caso de las personas mayores de entre 66 y 74 años.
Bynum señaló que: “En primer lugar, los médicos pueden no sospechar la demencia porque, de hecho, es menos común en las personas más jóvenes. En segundo lugar, el diagnóstico es difícil de realizar en las primeras etapas, cuando los síntomas pueden ser sutiles y tener otros factores contribuyentes, como la depresión”.
Además, señaló, las personas que todavía están trabajando pueden tratar de evitar un diagnóstico por miedo al efecto que pueda tener en su sustento.
A pesar de estos retos, el estudio ofrece perspectivas críticas que podrían guiar futuras acciones. La Dra. Neumann destacó la importancia de los datos objetivos para comprender las disparidades en la atención a la demencia.
"Al integrar los datos de las reclamaciones con el análisis espacial, este estudio contribuye a una mejor comprensión de las disparidades en el acceso a la atención de la demencia, que comienza con el diagnóstico", dijo.
Sin embargo, advirtió: “Es importante considerar que el estudio se basa en datos de las reclamaciones de 2018-2019. Los avances en las herramientas de diagnóstico, como los análisis de sangre, que son menos invasivos y costosos, pueden ayudar a mejorar el acceso al diagnóstico en el futuro”.
Avances en diagnóstico y propuestas futuras
Neumann también mencionó los recientes avances en herramientas de diagnóstico, como los análisis de sangre, que pueden mejorar el acceso futuro al diagnóstico de la demencia.
Además, la Asociación Alzheimer sigue financiando investigaciones destinadas a desarrollar métodos de diagnóstico avanzados, incluidas técnicas de imagen y biomarcadores de fluidos.
En noviembre de 2024, un comité científico presidido por Neumann reunirá a expertos de diversos campos en una conferencia sobre la exploración de la equidad en el diagnóstico.
Esta iniciativa pretende avanzar en la comprensión y la colaboración para lograr soluciones mejores y más equitativas en el diagnóstico y la atención de la demencia.