Bolivia decidió llevar la clasificación para el Mundial 2026 a nuevas alturas, literalmente. La selección boliviana jugará sus próximos partidos en El Alto, una ciudad situada a 4.150 metros sobre el nivel del mar, casi 560 metros más alta que su anterior sede, La Paz. La Federación Boliviana de Fútbol espera que esta decisión les permita aprovechar la ventaja de la altitud y mejorar su rendimiento en las eliminatorias sudamericanas.
Un desafío para visitantes y locales
Jugar a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar es un desafío para cualquier equipo. La falta de oxígeno y la presión atmosférica reducida dificultan el rendimiento físico. Sin embargo, los bolivianos, acostumbrados a estas condiciones, esperan sacar provecho de esta ventaja.
"En El Alto intentaremos ser lo más intensos posible y que los rivales sepan que éste es nuestro terreno", afirmó el nuevo seleccionador, Óscar Villegas.
ABC News informó que el seleccionador Villegas convocó a una plantilla en la que 80% de los jugadores provienen de clubes de La Paz y El Alto, lo que les permitirá adaptarse más fácilmente a la altitud.
La altitud divide rumbo al Mundial 2026
La decisión de jugar en El Alto generó controversia. Entrenadores como Tite, del Flamengo, describió como "difícil" jugar en altitud, tras una reciente derrota por 1-0 en La Paz. La FIFA inicialmente condenó estos partidos en 2007, pero revierten su decisión tras las protestas de Bolivia.
Expertos en medicina deportiva advierten que la altitud puede afectar el rendimiento físico y sugieren que los equipos visitantes se adapten gradualmente a estas condiciones. "Recomendamos a cualquier deportista someterse a una evaluación previa y a un periodo de adaptación antes de venir a la altitud", aconsejó Jesús Jiménez, del Instituto Boliviano de Biología de Altura.
Aunque la altitud puede ser una ventaja para los equipos locales, Jiménez duda que por sí sola garantice triunfos, recordando que "Bolivia ha perdido antes en su propio terreno".
Un sueño mundialista en juego
Bolivia, que no clasifica a un Mundial desde 1994, busca aprovechar esta oportunidad para cambiar su historia. El estadio municipal de El Alto, con capacidad para 24.000 espectadores, se ha convertido en la nueva fortaleza de la selección boliviana.
Venezuela, consciente de los retos que plantea la altitud, se está preparando con entrenamiento específico. Su seleccionador, Fernando Batista, incluyó a jugadores de ligas altas y ha incorporado ejercicios de respiración con oxígeno y aclimatación en cámaras hiperbáricas.
El próximo partido contra Venezuela será una prueba de fuego. Los venezolanos, que se clasificaron a los cuartos de final de la Copa América, llegan con la intención de sumar puntos importantes. La altitud será un factor determinante en este encuentro. ¿Podrá Bolivia aprovechar su ventaja geográfica y conseguir una victoria histórica?