Los estadounidenses recordarán con claridad dónde estaban y qué hacían el 11 de septiembre de 2001. Ese día, terroristas secuestraron 4 aviones de pasajeros y los convirtieron en misiles mortales que impactaron el World Trade Center, el Pentágono y un campo en Pensilvania. Este evento catastrófico no solo alteró la psique nacional, sino que también transformó numerosos aspectos de la vida, incluyendo el ámbito deportivo.
Hoy #11deSeptiembre se cumplen 23 años del atentado a las Torres Gemelas.
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Un 11 de septiembre de 2001 Al Qaeda atacó el centro de Nueva York con dos aviones, otro contra el Pentágono y un cuarto se estrelló en Pensilvania.
Fue el día más oscuro para Estados Unidos y para el… pic.twitter.com/tgaKqrN4hW
⚫️ 11 de Septiembre: El día que cambió el mundo.#UnDiaComoHoy pero de 2001, ocurre el atentado de las #TorresGemelas, el #Pentágono y un avión en Pensilvania, donde en total fallecen casi 3 mil personas🇺🇸
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Muerte y destruccion siendo un día muy triste para la humanidad☠️⚫️ pic.twitter.com/C9qnx9UzHV
Un sólo foco: la seguridad
El 11-S obligó a las ligas deportivas a replantear sus operaciones. La seguridad se convirtió en la prioridad número 1. Partidos se cancelaron, estadios se transformaron en fortalezas y los rituales del deporte se vieron alterados.
El sector de los deportes universitarios sintió el impacto de lleno: todos los partidos de la División I programados para el 13 y 15 de septiembre fueron cancelados. La National Collegiate Athletic Association (NCAA) impuso multas a los equipos que intentaron organizar partidos durante ese periodo, aplazando la mayoría a principios de diciembre.
También implementó nuevas medidas de seguridad y creó programas para capacitar al personal en caso de emergencias. Además modificó la clasificación de los torneos para minimizar los viajes en avión, una medida que se adoptó tras el 11-S y que se mantuvo en años posteriores.
El 11 de septiembre cambia las reglas del juego
En el ámbito profesional, las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) también se vieron afectadas. El sitio de noticias de Murray State University recordó cómo Bud Selig, el comisionado de la MLB en ese momento, tomó la decisión de cancelar todos los partidos programados para el 11 de septiembre y los 3 días siguientes. Esta fue una medida sin precedentes en la historia de la liga. Los partidos se reprogramaron para la postemporada, lo que alargó la temporada y generó un ambiente único en los estadios.
September 11, 2001.
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La Asociación de Golfistas Profesionales (PGA) canceló el Campeonato Mundial de Golf, marcando la primera cancelación de un evento de este tipo en cinco años. Asimismo, NASCAR canceló la carrera de la Copa Winston New Hampshire 200 en el New Hampshire International Speedway.
Hasta ESPN modificó su programación inmediatamente. Interrumpió las emisiones regulares y debate si emitir SportsCenter. Finalmente, se transmitió un segmento breve que destacaba la lista de eventos cancelados.
El fútbol americano como símbolo de unidad
El fútbol americano, considerado el deporte más popular de Estados Unidos, también enfrentó importantes interrupciones. El 16 de septiembre, la National Football League (NFL) aplazó todos sus partidos, trasladándolos al final de la temporada regular. Este cambio resultó en un retraso de los playoffs y llevó a que la Super Bowl comenzara el primer domingo de febrero, una tradición que aún perdura.
La NFL se convirtió en un símbolo de unidad nacional tras los ataques. La liga canceló partidos y organizó homenajes a las víctimas, mostrando al mundo que el deporte podía ser una fuerza unificadora en tiempos difíciles.
Los Patriots de Nueva Inglaterra, liderados por el joven quarterback Tom Brady, se convirtieron en una representación de la resiliencia estadounidense. Su ascenso coincidió con la búsqueda nacional de esperanza y renovación. Daily Sentinel asegura que muchos creen que la respuesta colectiva de la liga hacia la curación y la unidad tras el 11-S proporcionó a Brady un entorno único para comenzar su legendaria carrera.
Renace el espíritu deportivo tras el 11-S
El 11-S también transformó la forma en que consumimos los deportes. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, jugaron un papel crucial en la cobertura de los eventos deportivos y en la conexión de los fans con sus equipos favoritos. El ascenso de Tom Brady y los Patriots coincidió con el auge de los medios digitales, lo que permitió a una audiencia más amplia seguir de cerca las hazañas del equipo.
Los atentados del 11 de septiembre dejaron una huella indeleble en el deporte estadounidense. La seguridad se convirtió en una prioridad absoluta, y las ligas profesionales implementaron nuevas medidas para proteger a los jugadores, los empleados y los aficionados. Sin embargo, el deporte también demostró su capacidad para unir a las personas y ofrecer esperanza en tiempos difíciles.
El legado del 11-S en el deporte es complejo y multifacético. Si bien la tragedia dejó una profunda herida, también inspiró un nuevo sentido de comunidad y propósito. El deporte, en última instancia, se mantuvo como una fuerza unificadora, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, el espíritu humano puede prevalecer.