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La tos ferina se descontrola a pesar de vacunas: ¿Por qué?

La tos ferina es una infección bacteriana que provoca ataques de tos intensos.

Los CDC documentaron 14.569 casos de tos ferina en lo que va del año. | Foto: AaronAmat/Pexels).

La tos ferina, una enfermedad que creíamos controlada, ha vuelto a ser un problema de salud pública en Estados Unidos. Los casos se multiplicaron por 5 en comparación con el año pasado, alcanzando niveles no vistos desde 2024, informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

La tos ferina, también conocida como pertussis, es una infección bacteriana que provoca ataques de tos intensos y prolongados. A pesar de que contamos con vacunas efectivas como la DTaP y la Tdap, el número de casos ha aumentado de manera alarmante.

Cifras alarmantes de tos ferina

Antes de la pandemia, EEUU reportaba más de 10.000 casos anuales de tos ferina. Hasta ahora, los CDC documentaron 14.569 casos en lo que va del año, lo que representa un considerable aumento en comparación con los 3.475 casos del año anterior.

Estados como Pensilvania, Nueva York y California son los más afectados. Este incremento se debe en parte a una disminución en la inmunidad de grupo, ya que la protección que ofrecen las vacunas disminuye con el tiempo, reseñó CNN.

Síntomas que confunden

Los primeros síntomas de la tos ferina suelen confundirse con los de un resfriado común, lo que dificulta el diagnóstico oportuno, según Dawn Nolt, profesora de enfermedades infecciosas pediátricas. Después de 1 o 2 semanas, la infección se intensifica, generando fuertes ataques de tos que pueden provocar vómitos e incluso fracturas de costillas.

El Dr. William Schaffner lo aclaró en entrevista con NPR: “No se trata sólo de una o dos toses; es toda una serie, tanto que no se puede respirar”. El característico sonido "whoop" aparece cuando alguien inhala después de un episodio de tos severa.

Si se detecta a tiempo, los antibióticos pueden ayudar en el tratamiento, pero los pacientes suelen necesitar reposo y líquidos para recuperarse. Los bebés y los adultos no vacunados enfrentan el mayor riesgo de infección grave.

Tos ferina evoluciona: vacunas superadas

Las vacunas DTaP y Tdap, que protegen contra la tos ferina, la difteria y el tétanos, juegan un papel crucial en la prevención de complicaciones graves. A pesar de que las tasas de vacunación contra la tos ferina en EEUU se mantienen altas, alrededor del 90%, los casos siguen en ascenso.

El Dr. Tod Merkel, de la Oficina de Investigación y Revisión de Vacunas de la FDA, observó que la protección de estas vacunas disminuye rápidamente, a veces en solo 2 a 3 años. Además, el 90% de las cepas de tos ferina presenta mutaciones que eluden la inmunidad inducida por la vacuna.

¿Qué podemos hacer?

La mejor manera de protegerse contra la tos ferina es vacunarse. Los expertos recomiendan que todos los niños y adultos se mantengan al día con sus vacunas. Además, es importante practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia y cubrirse la boca al toser o estornudar.

Los CDC recomiendan que las mujeres embarazadas reciban la vacuna en el último trimestre de gestación para proteger a los recién nacidos, quienes solo pueden ser vacunados a partir de los 2 meses de edad.

Para afrontar este problema de salud pública, los CDC sugieren que los bebés y los niños menores de 7 años reciban la vacuna DTPa. Los niños mayores y adultos deben someterse a refuerzos rutinarios cada diez años. Con esfuerzos coordinados para recuperar las vacunas olvidadas, los expertos esperan controlar nuevamente los casos de tos ferina.

La tos ferina es una enfermedad prevenible, pero requiere de la colaboración de todos. Al vacunarnos y tomar medidas de higiene, podemos protegernos a nosotros mismos y a nuestra comunidad.

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