Las inundaciones traen consigo una gran cantidad de riesgos para la salud de las comunidades afectadas. Según reveló la experta en medio ambiente Wilma Subra a CNN, las aguas inundadas suelen estar contaminadas con aguas residuales, bacterias y productos químicos. En situaciones de desastres naturales, como el huracán Helene, las consecuencias pueden ser devastadoras.
Piel irritada, diarrea y alergias
Subra, experta en medio ambiente, explicó que las personas que entran en contacto con el agua contaminada pueden experimentar irritaciones cutáneas, especialmente en las áreas sumergidas. También menciona que heridas pequeñas pueden permitir la entrada de patógenos peligrosos en el organismo. Después de las inundaciones, la salud respiratoria también se ve afectada. El moho aparece rápidamente en ambientes húmedos, lo que puede exacerbar el asma y causar alergias.
Además, los productos químicos presentes en el agua pueden provocar erupciones cutáneas e irritación ocular. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los brotes de enfermedades graves como el cólera son poco comunes en EEUU. Sin embargo, problemas gastrointestinales, particularmente diarrea, siguen siendo una amenaza importante, especialmente al consumir agua contaminada o alimentos expuestos.
Prevención y medidas de seguridad
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan tomar varias precauciones:
- Antes de usar pozos privados, es necesario analizarlos.
- Es crucial hervir o tratar el agua municipal siguiendo las directrices del departamento de salud local.
- Se deben desinfectar los juguetes de los niños y mantener una buena higiene para combatir estas enfermedades.
- Use guantes de goma, botas y mascarillas durante la limpieza.
- Secar las casas lo más rápido posible con ventiladores y deshumidificadores resulta crucial para evitar la formación de moho.
- Limpiar y desinfectar todas las superficies duras, así como lavar los tejidos con agua caliente, son dos pasos esenciales.
- Además, se deben desechar los alimentos y bebidas contaminados, incluso aquellos en recipientes sellados.
Los mosquitos: riesgo post-inundación
El agua estancada tras las inundaciones puede convertirse en un criadero de mosquitos, lo que incrementa el riesgo de enfermedades como el virus del Nilo Occidental y Zika. Los CDC recomiendan el uso de repelentes de insectos que contengan DEET o picaridina y vestir ropa adecuada, como mangas largas y pantalones, al aire libre.
Además, un aumento en el desplazamiento de animales salvajes, como serpientes y roedores, puede aumentar los encuentros peligrosos con humanos. También es importante tener en cuenta los peligros eléctricos que presentan las líneas eléctricas sumergidas o los cables subterráneos.
Impacto psicológico tras la crisis
El impacto psicológico de las inundaciones no se puede subestimar. La ansiedad, depresión y estrés son comunes después de desastres de esta magnitud. Los especialistas en salud mental subrayan la importancia de contar con conexiones sociales fuertes. El acceso a asesoramiento y apoyo, como las líneas de ayuda en caso de crisis o el servicio de prevención del suicidio, resulta vital para las personas que enfrentan trastornos de estrés postraumático o pensamientos suicidas.
Las inundaciones son amenazantes, pero no insuperables. Con preparación, acción vigilante y un esfuerzo cuidadoso en la recuperación, se pueden enfrentar estos retos. Mantenerse informado y contar con el apoyo de la comunidad se convierte en la mejor defensa ante las crecientes amenazas de inundaciones provocadas por el cambio climático.