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Pobreza menstrual: adolescentes usan trapos por falta de recursos

La inflación ha provocado un incremento del 41% en el de las compresas.

1 cada 3 adolescentes estadounidenses experimentan "pobreza de período". | Foto: Sora Shimazaki/Pexels.

La menstruación es una parte natural de la vida de muchas jóvenes, pero para una 1 cada 3 adolescentes estadounidenses, esta experiencia se ve empañada por la "pobreza de período". Este término se refiere a la falta de acceso a productos menstruales, como tampones o compresas, lo que lleva a muchas a improvisar con alternativas inadecuadas, como trapos o pañuelos. La situación se vuelve crítica cuando el costo de estos productos aumenta, lo que convierte un ciclo natural en un desafío constante.

Pobreza menstrual: un desafío nacional

Un nuevo estudio del Hospital Nacional Infantil de Washington DC, presentado en la reunión anual de la Academia Americana de Pediatría, reveló una alarmante realidad, demostró que la pobreza menstrual afecta a adolescentes de todos los orígenes raciales, económicos y geográficos. Incluso aquellas con seguro médico no están exentas de este problema, lo que subraya la necesidad de soluciones más amplias.

Para el estudio, los investigadores encuestaron a 1.816 jóvenes de entre 13 y 21 años que llegaron a la sala de emergencias de Children's National desde mediados de enero de este año hasta finales de junio.

La Dra. Monika Goyal, quien dirigió el estudio, expresó a NBC News su sorpresa ante la prevalencia de esta situación: "Nos sorprendió mucho lo extendido que está este problema".

Precios en aumento, acceso limitado

El aumento en los precios de los productos menstruales ha exacerbado la crisis. La inflación ha provocado un incremento del 36% en el costo de los tampones y del 41% en el de las compresas, lo que limita aún más el acceso para muchas jóvenes, reseñó The Wall Street Journal.

"Esto refleja una cuestión más amplia con respecto al acceso. Se trata de tener dificultades para costearse los productos de salud menstrual", señaló Goyal.

Consecuencias graves

¿Sabías que muchas adolescentes se saltan clases por no tener tampones o compresas? Esta es la cruda realidad de la pobreza menstrual. Además, las chicas usan productos inadecuados, como trapos o pañuelos, que puede provocar infecciones bacterianas. Investigaciones previas relacionan la pobreza de período con episodios de depresión en mujeres en edad universitaria.

Un cambio legislativo en marcha

Ante esta situación, varios estados estadounidenses están tomando medidas para garantizar el acceso a productos menstruales. Minnesota, por ejemplo, se convirtió en el primer estado en exigir que las escuelas públicas proporcionen estos productos de forma gratuita. Otros estados, como Alabama, California y Nuevo México, han seguido este ejemplo.

Este año, Texas dejó de cobrar impuestos a las ventas de productos menstruales y para bebés. Ahora, Texas clasificará a estos como bienes esenciales en un grupo que incluye medicamentos de venta libre y otros productos médicos.

Aunt Flow, una empresa que suministra productos menstruales, destaca estos movimientos legislativos como parte de una tendencia creciente para garantizar la equidad menstrual.

La Dra. Goyal vislumbra un futuro en el que los productos menstruales sean tan accesibles como el papel higiénico: "Al igual que el papel higiénico está disponible en todos los baños, nos encantaría ver un mejor acceso a productos menstruales gratuitos en todas partes".

Este compromiso con la accesibilidad y la equidad en la salud menstrual podría allanar el camino hacia mejoras significativas en la vida de las jóvenes. La investigación actual continúa arrojando luz sobre un problema crítico, y las iniciativas legislativas que están en marcha podrían transformar la situación de muchas adolescentes en los Estados Unidos. La menstruación debería ser una experiencia que se viva con dignidad, y el camino hacia ese objetivo se encuentra en la educación, la legislación y la concienciación social.