Una nueva investigación revela que 60% de los estadounidenses están consumiendo alimentos que provocan inflamación crónica, aumentando su riesgo de enfermedades graves. Los investigadores utilizaron el Índice de Inflamación de la Dieta para analizar los datos de más de 34.500 adultos entre 2005 y 2018.
¿Qué es la inflamación y por qué puede ser peligrosa?
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones o lesiones. Sin embargo, cuando esta respuesta se prolonga en el tiempo, puede causar estragos en tu salud. La inflamación crónica se ha relacionado con enfermedades como la artritis, la diabetes y enfermedades del corazón.
¿Quiénes están más en riesgo?
El estudio identificó que ciertas poblaciones tienen un mayor riesgo de seguir dietas inflamatorias:
- Personas de raza negra: experimentan mayores tasas de inflamación, lo que amplifica las desigualdades en salud.
- Hombres: los hombres tienden a consumir más alimentos procesados y carnes rojas, que aumentan la inflamación.
- Personas con bajos ingresos: el acceso limitado a alimentos saludables y los costos más altos de estos alimentos dificultan llevar una dieta antiinflamatoria.
Los obstáculos para una dieta saludable
La investigadora principal, Rachel Meadows, señaló a Newsweek que el acceso limitado a alimentos saludables y su costo elevado son grandes obstáculos, especialmente para las personas con bajos ingresos. Estos desafíos afectan especialmente a los hogares de bajos ingresos, que a menudo dependen de opciones dietéticas asequibles, pero inflamatorias.
Cambia tu dieta para combatir la inflamación
Meadows recomienda incorporar alimentos antiinflamatorios a nuestra dieta diaria, como:
- Ajo, jengibre y cúrcuma: estas especias tienen poderosas propiedades antiinflamatorias.
- Cereales integrales, verduras de hoja verde, legumbres, pescados grasos y bayas: Estos alimentos son ricos en nutrientes que ayudan a reducir la inflamación.
Además de los alimentos mencionados anteriormente, otros alimentos que pueden ayudar a reducir la inflamación son:
- Ácidos grasos omega-3: Se encuentran en pescados como el salmón y la caballa.
- Frutos secos y semillas: Son una excelente fuente de grasas saludables.
Más allá de la dieta
Aunque la dieta juega un papel fundamental, el estudio también destaca la importancia de otros factores como el estrés y las experiencias traumáticas de la infancia. Estos factores pueden contribuir a la inflamación crónica y deben abordarse junto con una dieta saludable.
¿Cómo puedes empezar?
- Incorpora variedad: incluye un arcoíris de colores en tus platos para asegurarte de obtener todos los nutrientes necesarios.
- Consulta a un profesional: un nutricionista puede brindarte un plan de alimentación personalizado.
- Busca opciones accesibles: existen muchas recetas deliciosas y saludables que se adaptan a cualquier presupuesto.
Los resultados de este estudio resaltan la necesidad de un acceso equitativo a alimentos saludables y de una educación nutricional más amplia. Al hacer cambios en nuestra dieta y estilo de vida, podemos reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar nuestra calidad de vida.