Egipto ha logrado un hito histórico al convertirse en uno de los 44 países del mundo libres de malaria. Después de décadas de lucha, Egipto ha erradicado por completo esta enfermedad transmitida por mosquitos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha certificado oficialmente este logro, reconociendo los esfuerzos incansables del país.
Egipto libre de malaria
Este reconocimiento llegó tras mantener un periodo continuo de 3 años sin transmisión autóctona de paludismo, respaldado por pruebas y datos rigurosos. La OMS solo otorga esta certificación después de que una nación interrumpa el ciclo de transmisión del paludismo causado por los mosquitos Anopheles. Ahora, Egipto se une a un selecto grupo en la Región del Mediterráneo Oriental, tras los Emiratos Árabes Unidos en 2007 y Marruecos en 2010.
Un largo camino recorrido
La batalla contra la malaria en Egipto se remonta a miles de años. El antiguo Egipto, con sus fértiles valles fluviales, era un caldo de cultivo ideal para los mosquitos. A lo largo de los siglos, los egipcios sufrieron numerosos brotes de esta enfermedad. Sin embargo, fue a partir de la década de 1920 cuando se iniciaron esfuerzos sistemáticos para combatirla.
La lucha contra la malaria no ha sido fácil. La Segunda Guerra Mundial y la construcción de la presa de Asuán presentaron desafíos significativos, aumentando los casos de la enfermedad. Sin embargo, el pueblo egipcio, junto con la comunidad internacional, perseveró.
Malaria: la sombra de África
A nivel global, la malaria sigue siendo un problema de salud pública. En 2022, se registraron más de 249 millones de casos de malaria y la enfermedad cobró más de 600.000 vidas, principalmente en África. Mientras Egipto celebra su éxito, lugares como Nigeria luchan con altas tasas de mortalidad, registrando la mayoría de las muertes relacionadas con la malaria junto con la República Democrática del Congo, Uganda y Mozambique.
El sueño de un mundo sin malaria
El logro de Egipto tiene implicaciones más allá de sus fronteras. Muestra que la inversión en salud pública puede generar resultados tangibles y salvar vidas. Además, inspira a otros países a intensificar sus esfuerzos para combatir enfermedades infecciosas y construir sistemas de salud más fuertes.
La certificación de Egipto como país libre de malaria es un testimonio del poder de la determinación humana. Este hito histórico no solo beneficia al pueblo egipcio, sino que también inspira a la comunidad global a seguir trabajando hacia un mundo libre de enfermedades.