El singular baile de Donald Trump invadió la escena deportiva, convirtiéndose en un fenómeno viral que ha capturado la atención de la NFL, la UFC y el fútbol estadounidense. Esta peculiar celebración se ha convertido en un fenómeno viral, transformando momentos destacados en auténticos espectáculos.
Jon Jones y el inicio de una tendencia
El campeón de la UFC, Jon Jones, inició esta tendencia después de su victoria sobre Stipe Miocic, celebrado con el icónico movimiento de caderas y puños al nivel de la cintura, característico de Trump. Durante el combate en Nueva York, Trump se encontraba en primera fila, sonriendo mientras Jones le señalaba en reconocimiento. Esta conexión entre el deporte y la política se intensificó cuando Trump compartió la celebración de Jones en su red social Truth Social.
Christian Pulisic lo lleva al fútbol
Christian Pulisic, estrella del equipo de fútbol masculino de Estados Unidos, adoptó el baile tras anotar un gol contra Jamaica. "Obviamente es la danza de Trump. Es un baile que todos están haciendo, y él lo creó. Me pareció divertido", comentó Pulisic, al ser cuestionado por su celebración.
Charley Hull baila al ritmo de Trump
Charley Hull, destacada golfista británica, se sumó a la creciente tendencia al realizar la Danza de Trump durante su emocionante enfrentamiento final con Nelly Korda el domingo, en el torneo de The Annika. Hull, conocida por provocar reacciones en redes, hizo viral su baile cuando fue capturada imitándolo en plena transmisión. Fox Sports destacó que los aficionados al golf elogiaron su espontaneidad, convirtiéndola en un fenómeno imperdible del LPGA Tour.
Charley Hull pulled out the Trump Dance during her final round battle with Nelly Korda on Sunday. The move really is taking over the sports world. pic.twitter.com/tCJGyPSvh3
— Mark Harris (@itismarkharris) November 18, 2024
Brock Bowers y la expansión en la NFL
Brock Bowers, novato de los Raiders de Las Vegas, se unió al fenómeno al celebrar un touchdown con la danza de Trump, a pesar de la derrota de su equipo ante los Dolphins. Este movimiento también fue adoptado por jugadores de los Lions y los Titans, que lo incluyeron como parte de sus celebraciones en el campo.
Asked Brock Bowers about his Trump TD celly: “I’ve seen everyone do it. I watched the UFC fight last night and Jon Jones did it. I like watching UFC so I saw it, and thought it was cool.”
— Safid Deen 💯💯💯💯 (@Safid_Deen) November 17, 2024
Raiders PR ended his postgame availability after my question.
pic.twitter.com/YtXzCsFmoe
La influencia de Nick Bosa
Nick Bosa, defensivo de los 49ers, fue uno de los primeros en llevar el baile a la NFL, celebrando un sack con sus compañeros. Durante un partido contra los Buccaneers, Bosa celebró un sack con el baile, acompañado por sus compañeros de equipo. La participación de Bosa le valió un reconocimiento de Trump en las redes sociales, fortaleciendo el vínculo entre los atletas y el expresidente.
El baile Trump conquista el deporte
La influencia de la danza de Trump no se detuvo en las ligas profesionales. En el ámbito colegial, jugadores de universidades como West Virginia, Drake y Texas han comenzado a incorporar el movimiento en sus celebraciones. New York Times reseñó que Katin Houser, un mariscal de campo de East Carolina, podría haber iniciado esta tendencia tras las elecciones, reflejando cómo las generaciones más jóvenes están integrando la política en sus rutinas deportivas de manera innovadora. Estas celebraciones muestran que la danza de Trump trasciende las divisiones tradicionales, convirtiéndose en una expresión de identidad para muchos jóvenes atletas.
I can’t believe what I’m seeing in sports.
— Jon Root (@JonnyRoot_) November 19, 2024
Some of sport’s biggest stars in the NFL, NCAA, MLS, USMNT, UFC & more are doing a Donald Trump dance to celebrate scoring.
After sports being inundated with liberal propaganda for the past decade, I’d tell you you’re crazy if you… pic.twitter.com/6Fr9w5DNr9
Aunque Trump ha sido una figura divisiva en la política, su influencia en la cultura pop es innegable. La danza, que combina movimientos sencillos con una pizca de humor, desafía la noción política de que los atletas deben "ceñirse al deporte". Esta mezcla de política y deporte, encapsulada en un baile, parece haber llegado para quedarse.