Michelle Trachtenberg, actriz recordada por su participación en Buffy the Vampire Slayer y Gossip Girl, falleció el 26 de febrero de 2025 en su hogar en Nueva York. Semanas antes, la actriz de 36 años se había sometido a un trasplante de hígado, un procedimiento que salva miles de vidas pero no está exento de riesgos. Los detalles sobre su causa de muerte siguen siendo inciertos, aunque algunos apuntan a posibles complicaciones postoperatorias.
Trasplante de hígado, ¿qué implica?
Un trasplante de hígado reemplaza un órgano deteriorado con uno sano, ya sea de un donante fallecido o parte de un órgano de un donante vivo. Según señala Mayo Clinic, este es un procedimiento reservado para casos graves, como cirrosis avanzada o enfermedades hepáticas irreversibles. Solo en Estados Unidos, más de 8,000 personas se someten anualmente a esta cirugía, aunque existen al menos 17,000 pacientes en lista de espera.
Trachtenberg nunca habló públicamente sobre su estado de salud, pero es sabido que el trasplante de hígado se recomienda solo cuando otras opciones han fallado. En 2023, el 41% de estos procedimientos se vinculó a enfermedades relacionadas con el alcohol, mientras que un 20% se debió a hígado graso no alcohólico, ligado a obesidad y diabetes, añadió la NBC News.
Los riesgos más comunes
Aunque las cifras de recuperación son alentadoras—con una tasa de supervivencia a cinco años superior al 75%—los retos no terminan tras la cirugía. Médicos entrevistados por NBC News explicaron que los pacientes enfrentan posibles infecciones, coágulos, fallos en el órgano injertado o incluso rechazo al nuevo hígado.
El Dr. Elliot Tapper, hepatólogo de la Universidad de Michigan, comentó a NBC News que los pacientes recién operados suelen salir debilitados. Medicamentos como los inmunosupresores, aunque esenciales para prevenir rechazos, pueden generar efectos secundarios graves, como aumento en el colesterol, infecciones recurrentes e incluso debilitamiento óseo.
Signos frecuentes de alerta postoperatoria
- Pérdida de peso extrema o debilidad persistente.
- Alteraciones en la piel, como color amarillento (ictericia).
- Confusión mental o episodios de desorientación.
Después de la cirugía, los pacientes deben realizarse monitoreos regulares y mantener estrictos cuidados médicos.
La vida después de un trasplante de hígado
El proceso no finaliza con la operación. Los cuidados postoperatorios son esenciales para garantizar la adaptación al nuevo órgano, según especialistas citados por UCSF Health. Esto implica llevar un estilo de vida saludable y seguir indicaciones médicas sin excepciones. Los puntos clave destacados por Mayo Clinic incluyen:
- Consumir una dieta equilibrada, evitando grasas saturadas, sodio elevado y alcohol.
- Estar físicamente activo con actividades de bajo impacto, como caminatas.
- Tomar los medicamentos inmunosupresores según las dosis indicadas.
Para muchos pacientes, regresar a la normalidad puede tomar meses o incluso un año completo.
Lecciones tras la muerte de Michelle Trachtenberg
El caso de Michelle Trachtenberg reabrió la conversación sobre las desigualdades en el acceso a trasplantes de hígado y los retos complejos que enfrentan los pacientes. Aunque la actriz no compartió públicamente información sobre su procedimiento, People confirmó que se sometió a la cirugía meses antes de su muerte.
En los meses previos a su fallecimiento, la actriz fue objeto de especulaciones por su notable pérdida de peso. A través de redes sociales, aseguró sentirse "feliz y saludable", pero no confirmó su trasplante ni reveló detalles sobre su estado de salud.
Este caso también puso en foco la relación entre los trasplantes hepáticos y enfermedades prevenibles como hígado graso no alcohólico, una condición vinculada al preocupante aumento de la obesidad en Estados Unidos, que en 2024 alcanzó un 40% en adultos y un 9.4% en obesidad grave.
A pesar de la tragedia, la historia de la actriz nos recuerda que las decisiones tempranas y los cambios de hábitos son clave para evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida.