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Luis Barraza, un méxico-americano que llegó al DC United a ganarse su puesto en el equipo

Foto de Noelia Izarza para el El Tiempo Latino

Luis Barraza no solo llegó a D.C. United para custodiar el arco, sino para conectar con una ciudad vibrante, marcada por una de las comunidades latinas más fuertes y diversas del país. Después de años en el New York City FC, el guardameta méxico-americano aterrizó en la capital con una sonrisa amplia, mucha humildad y el deseo genuino de dejar huella.

“Desde que llegué a D.C., he sentido el apoyo de la comunidad latina en cada partido que hemos jugado en casa. Siempre están ahí, alentando, echando ánimos, y empujándonos para que el equipo logre los resultados”, afirma Barraza con gratitud. Y ese entusiasmo ha sido recíproco.

Barraza, nacido en Las Cruces, Nuevo México, de padres mexicanos, posee ciudadanía estadounidense y mexicana, lo que lo hace elegible para representar a cualquiera de las dos selecciones nacionales. Recuerda muy bien lo que significó para su familia dejar Ciudad Juárez en medio de una creciente ola de violencia. “Mis padres se vinieron cuando yo tenía siete u ocho años. Mi papá empezó desde cero, montó un negocio, buscó la forma de sostenernos. Siempre estuvieron ahí, sobre todo en los momentos difíciles”, dice con orgullo.

Desde esa experiencia familiar, el portero reflexiona sobre su rol como latino en la MLS en un momento complejo del país: “Creo que somos tan americanos como cualquiera. Hay muchísima gente en nuestra comunidad haciendo cosas admirables. Yo represento a esos latinos que vienen aquí a trabajar, a aportar.”

El debut de Barraza con D.C. United coincidió con una victoria importante frente a los Red Bulls. Su asistencia desde el arco para el gol de Joao Peglow fue más que una jugada clave: fue un símbolo de cambio. “Intenté transmitir esa chispa, esa energía a mis compañeros. Y lo logramos. Fue un esfuerzo enorme del equipo, especialmente de la defensa”, relata. “A mí no me gusta perder, y siempre trato de contagiar esa mentalidad a todos. Me gusta transmitirle chispa a mi equipo.”

Esa misma intensidad define su identidad como jugador latino. “Sin duda, los latinos jugamos con fuego, con pasión. Creo que esa creatividad, esa garra, son cosas que puedo aportar aquí.”

Sobre su camino a la MLS, Luis es claro: el sistema muchas veces favorece a quienes tienen recursos, pero nada reemplaza el trabajo duro ni el apoyo familiar. “Tuve la suerte de contar con padres que lo dieron todo por mí. Me fui de casa a los 14 años, primero a la academia de Real Salt Lake, luego a la universidad en Milwaukee. Fue duro, pero hay oportunidades. A los jóvenes latinos les digo que no se rindan. Si tienen el sueño, que lo peleen.”

Foto de Noelia Izarza para el El Tiempo Latino

Con el Mundial 2026 acercándose, y con México, Estados Unidos y Canadá como anfitriones, Barraza no oculta su ilusión de representar a una selección. Y lanza, con picardía y una sonrisa: “Mi respuesta siempre ha sido la misma: el que me llame primero, con ese me voy.” En ese guiño, mitad broma, mitad primicia, hace un llamado tácito tanto a la Federación Mexicana como a la U.S. Soccer. “Me formé aquí, pero también crecí con la pasión por la selección mexicana. Estoy listo para cualquiera de los dos.”

En cuanto al Mundial, reconoce que ambas selecciones están en momentos complicados, pero ve posibilidades reales. “Estados Unidos ha recibido críticas, sobre todo por no llegar a la final de la Nations League, pero tienen un plantel joven, con mucho talento en Europa. Si se enfocan, si el grupo se mantiene unido y hacen bien las cosas pequeñas, pueden hacer un buen papel.” Sobre México, opina: “Han cambiado mucho de técnico y se les critica por no mandar jugadores a Europa, pero hay jóvenes que están levantando la mano. Ambos tienen un año por delante para prepararse, y yo creo que llegarán bien.”

Finalmente, al hablar del legado que quisiera dejar en D.C. United, su respuesta es mesurada, pero ambiciosa: “Para estar al nivel de leyendas locales hispanas como Marco Etcheverry, Jaime Moreno o Raúl Díaz Arce, hay que ganar.” Luis entiende con claridad que alcanzar ese estatus no se logra solo con talento, sino con resultados: “Hay que clasificar a los playoffs de manera regular, hay que ganar una MLS Cup. Solo así uno puede aspirar a convertirse en una leyenda local.” Pero concluye con determinación: “Claro que me encantaría que, al final, mi nombre también se recuerde entre ellos.”

Con una historia que mezcla esfuerzo, raíces y un amor por el juego, Luis Barraza no solo está peleando por un puesto en la portería del D.C. United: está trabajando, día a día, para convertirse en parte del alma del club, de su hinchada latina, y del fuego que reinicie al D.C. United.

En tiempos donde resurgen discursos antiinmigrantes, Barraza representa con orgullo a una comunidad que ha venido a este país no a quitar, sino a aportar. “Venimos a aportar cosas positivas y a darlo todo en este gran país de las oportunidades”, afirma con convicción, como quien no solo defiende un arco, sino también un sueño colectivo de triunfar.

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