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Trump dice que sí a los taxes a los más ricos (pero con algunas condiciones)

División intensa entre los legisladores republicanos por los taxes a los más ricos

Foto: EFE

Algo raro está pasando en Washington: Trump, el fiel defensor del recorte fiscal a los ricos, ahora dice que estaría bien con que les suban los impuestos. Pero no se asusten (ni celebren), porque lo hace con la misma energía con la que uno acepta comer ensalada cuando ya no queda pizza. La idea es crear un nuevo tramo impositivo para los ultra-mega-millonarios (solo los que ganan más de $2,5 millones), con el fin de cerrar un agujero fiscal gigante que viene con su paquete de rebajas tributarias para las clases medias. 

En la teoría, suena a justicia económica. En la práctica, tiene a los republicanos del Congreso muy divididos y enfrentados. Trump lanza advertencias estilo “háganlo, pero no mucho... y si sale mal, fue idea de ustedes”.

  • La propuesta de subir el tramo máximo de impuestos al 39.6% suena más radical de lo que es: en realidad, es volver al mismo porcentaje que existía antes de la reforma fiscal de 2017. Pero esta vez solo aplicaría a ingresos ordinarios por encima de $2,5 millones (o $5 millones si eres pareja casada). ¿Traducción? Casi ningún rico real lo notaría, porque los ingresos de esa élite vienen mayoritariamente de ganancias de capital, que seguirían con tasas más bajas. La recaudación esperada es modesta: menos de $30,000 millones al año. Muy poco si lo comparamos con los $5 billones que cuesta el resto del plan fiscal trumpista.

Un partido dividido entre Wall Street y Main Street.

  • Dentro del Congreso, la propuesta está generando tensión entre los republicanos que quieren venderse como defensores de la clase trabajadora, y los que no quieren ni oír hablar de tocarle un centavo a sus donantes. Algunos sugieren dejar que expiren los beneficios fiscales de los más ricos, otros hablan de crear una nueva categoría de impuestos “premium”. Pero hay miedo. Temen que subirle los impuestos a los millonarios afecte también a pequeños empresarios, médicos y atletas. Al final, nadie quiere que les pase lo de George H.W. Bush, cuyo famoso “Read my lips: no new taxes” se convirtió en epitafio político.
  • Trump asegura que no le molestaría pagar más impuestos "para ayudar a la clase media", pero su equipo económico insiste en que él realmente no es fan de la idea. Es más, parece que todo esto es más un gesto político que una decisión fiscal seria. En el fondo, la Casa Blanca necesita resolver el hueco que dejaría extender las rebajas tributarias de 2017, sin recortar tanto Medicaid ni cupones de comida que molesten a sus bases. 

Ahora, el presidente está en el medio del asunto: quiere extender recortes de impuestos y al mismo tiempo parecer sensible con la clase media, sin enfurecer a los ricos ni dividir del todo a su partido. El ala republicana está dividida, y los números no cierran del todo. Al final, esto parece más una estrategia electoral que una reforma estructural. Pero en política, a veces el gesto vale más que el impacto.

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