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Bancos de alimentos en Virginia pierden recursos y enfrentan más solicitudes

El Blue Ridge Area Food Bank perdió unas 300,000 comidas proyectadas.

Foto: Twitter (@BRAFB).

La región de Blue Ridge Mountains en Virginia enfrenta un alarmante incremento de la inseguridad alimentaria. Este territorio, mayormente rural y conservador, que en las elecciones de 2024 apoyó ampliamente a Donald Trump, ahora lidia con un difícil acceso a alimentos debido a recortes federales en programas de asistencia y una creciente demanda alimentada por salarios bajos y altos costos de vida.

Menos recursos, más personas en fila

En marzo de 2025, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) interrumpió $500 millones en entregas de alimentos del Programa de Asistencia Alimentaria de Emergencia (TEFAP). Esta decisión afectó a bancos de alimentos en Virginia, Maryland y el área metropolitana de DC. Entre ellos, el Blue Ridge Area Food Bank perdió unas 300,000 comidas proyectadas, lo que representa menos del 10% de su suministro total hasta septiembre, según datos citados también por Augusta Free Press.

Este banco cubre 25 condados y ocho ciudades en Virginia central y occidental, donde atiende mensualmente a unas 110,000 personas, de acuerdo con su sitio oficial.

La demanda no disminuyó tras la pandemia

Aunque la crisis sanitaria de COVID-19 pasó, la presión sobre los bancos de alimentos no se redujo. En mayo de 2020, Blue Ridge atendió a 172,000 personas en un solo mes. En marzo de 2025, esa cifra alcanzó las 181,183 visitas, y en abril se mantuvo alta con 176,844, según datos compartidos por el propio banco a The Washington Post.

Organizaciones asociadas también reportaron incrementos. Park View Community Mission, en Lynchburg, ayudó a 349 familias en abril de 2025, frente a las 316 que atendía mensualmente en 2024. Su director, Todd Blake, explicó:

“Los precios no solo suben en alimentos. La renta y los servicios también, y la gente decide entre pagar esas cuentas o comprar comida”.

Alimentar a más con menos

Según una encuesta nacional publicada por Feeding America, el 65 % de los bancos de alimentos reportaron un aumento en la demanda en marzo de 2025 respecto al mes anterior.

En Washington DC, el Capital Area Food Bank también vio reducciones. Su presidenta, Radha Muthiah, detalló que en 2024 distribuyeron 64 millones de comidas, de las cuales el 22 % provinieron de programas federales. Solo en marzo, perdieron 670,000 comidas.

“La necesidad no bajó desde la pandemia. Las personas vienen porque no reciben suficiente en cupones, pero no podemos cubrir ese vacío,” explicó.

SNAP en la mira

Además de los recortes a los bancos de alimentos, propuestas legislativas podrían afectar el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), que entrega beneficios directamente a familias de bajos ingresos. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que unos tres millones de personas podrían perder acceso al programa si avanzan las propuestas actuales.

El impacto sería significativo. Por cada comida distribuida por un banco de alimentos, SNAP proporciona nueve, según datos de Feeding America. Más de 42 millones de personas participaron en el programa mensualmente en 2023.

Desafíos presentes y futuros

Los bancos de alimentos en Virginia, como en muchas otras regiones del país, enfrentan tensiones crecientes para satisfacer la demanda. Aunque muchas de estas organizaciones siguen recibiendo apoyo comunitario y donaciones privadas, la incertidumbre sobre el respaldo federal plantea interrogantes sobre su capacidad de respuesta a largo plazo.

La experiencia en Blue Ridge no resulta aislada, pero sirve como ejemplo de cómo las decisiones de política pública afectan directamente a las comunidades locales, donde el acceso a una comida diaria depende cada vez más del esfuerzo combinado de redes solidarias y políticas sostenibles.

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