Overview. Lo vivimos en Springfield de The Simpsons, y ahora lo viviremos en la Casa Blanca: el Golden Dome es una realidad y ya tiene presupuesto. Donald Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunciaron el Domo Dorado, una cúpula antimisiles que protegerá al hemisferio en algún momento de los próximos tres años (o del próximo siglo, si seguimos el ritmo del Pentágono). El proyecto tiene un costo de $175,000, y el presidente pondrá una inicial de $25,000. Porque para la seguridad nacional sí hay fondos… Aunque lo venden como una versión actualizada del sueño de Reagan, todavía hay muchas preguntas y pocas respuestas. Lo único claro: las contratistas de defensa ya están haciendo fila, y los impuestos, también.
De la sátira animada a la política real, el “Golden Dome” anunciado ayer por el presidente Donald Trump promete convertirse en una de las propuestas más excéntricas —y debatidas— de los últimos años en materia de defensa nacional.
Acompañado por su nuevo secretario de Defensa, Pete Hegseth, Trump dio luz verde al proyecto de una cúpula antimisiles dorada que, según sus palabras, protegerá “todo el hemisferio occidental”.
¿Tienes dudas de cómo funcionará esto? Nosotros también.
“Será hermoso, será poderoso, y nadie se atreverá a tocarnos”, afirmó Trump en una rueda de prensa con una maqueta del domo —brillante, redonda y sorprendentemente parecida a la que se ve en Los Simpson— a sus espaldas.
El Golden Dome, según el anuncio oficial, tendrá un costo inicial de $175.000 dólares, una cifra sorprendentemente baja para un sistema de defensa de escala continental. Trump, sin embargo, aseguró que se trata de una "fase uno" y que él mismo contribuirá con los primeros $25.000 “de su bolsillo”.
De Reagan a Springfield, y de ahí al Pentágono
La propuesta, presentada como una continuación del fallido “Escudo Estratégico” de Ronald Reagan en los años 80, ha despertado escepticismo inmediato entre analistas y expertos en seguridad.
“Lo que vimos ayer parece más un episodio de televisión que una estrategia militar”, comentó Laura McKinnon, experta en defensa del think tank Atlantic Security Forum.
El diseño, que no fue detallado técnicamente, se describió como una estructura “semi-invisible, completamente dorada, capaz de neutralizar cualquier amenaza aérea desde el espacio o desde Corea del Norte”, en palabras del secretario Hegseth.
Fuentes del Departamento de Defensa, sin embargo, señalaron de forma anónima que no existe un plan operativo, ni estimaciones reales de tiempo, ni tampoco tecnologías actualmente disponibles para ejecutar un escudo de ese tipo.
Contratistas en alerta… y en fila
Lo único claro hasta ahora es que varias contratistas de defensa ya están evaluando cómo pueden participar en el proyecto. “Raytheon y Lockheed Martin no necesitan que algo funcione para empezar a facturar”, ironizó un funcionario retirado del Pentágono en declaraciones a The Intercept.
Mientras tanto, críticos del presupuesto federal advierten que este tipo de propuestas podrían desviar fondos clave de prioridades más urgentes, como infraestructura, salud o educación. No obstante, en el entorno trumpista, la idea ha sido celebrada como “visionaria”. El senador Josh Hawley tuiteó que el domo “representa la nueva era de soberanía tecnológica estadounidense”.
¿Un domo para el hemisferio… o para la campaña?
Para muchos observadores, el anuncio tiene más motivación electoral que militar. A meses de las primarias republicanas, Trump vuelve a posicionarse como el candidato que propone “grandes ideas” —aunque no necesariamente realistas— que resuenan con su base.
La estética llamativa y el lenguaje de “protección total” recuerdan más a la narrativa de un show de entretenimiento que a un plan estratégico viable.
Por ahora, el Golden Dome está lejos de despegar... pero ya tiene nombre, presupuesto, maqueta y merchandising en camino. En Washington, eso ya es medio camino.