El mercado de bonos del Tesoro de EE. UU. ha vuelto a ser el centro de atención, y no precisamente por las razones que muchos esperaban. El rendimiento del bono del Tesoro a 30 años alcanzó un sorprendente 5.15% el jueves, un nivel no visto desde el 2023 y, antes de eso, desde el 2007. Este aumento revela un cambio en la dinámica del mercado, impulsado por una subasta débil y renovadas preocupaciones fiscales, según el informe original.
Impacto de las reformas fiscales
La reciente aprobación por la Cámara de Representantes del paquete de reforma fiscal del presidente Trump parece haber añadido leña al fuego. Estos cambios incluyen recortes significativos en las tasas impositivas tanto individuales como corporativas. Aunque su objetivo es estimular el crecimiento, se proyecta que la deuda nacional podría incrementarse en $4 billones en la próxima década. Moody's, en una respuesta inmediata, rebajó la calificación crediticia del país debido a déficits crecientes y un estancamiento político persistente.
Preocupaciones sobre el espacio fiscal
Analistas de Citi han señalado una preocupante reducción en el "espacio fiscal" de EE. UU., influenciada en parte por una disminución en los ingresos arancelarios. Este contexto limita la capacidad del gobierno para incrementar el gasto sin agravar la perspectiva de deuda. Daniel Tobon, analista de Citi, advirtió sobre los riesgos significativos si los rendimientos de largo plazo se mantienen por encima del 5%, lo que podría desencadenar un reajuste más amplio del riesgo fiscal.
Repercusiones globales y cambios en las inversiones
La situación actual ha desviado la mirada de los inversores internacionales hacia opciones más atractivas fuera de EE. UU., según Ellen Hazen de F.L.Putnam Investment Management. La incertidumbre arancelaria y el riesgo elevado de recesión alimentan una narrativa donde los mercados globales podrían desempeñar un papel más relevante en las estrategias de inversión.
Dificultades para atraer compradores internacionales
Kathy Jones, de Charles Schwab, ha destacado cómo las políticas actuales están complicando la atracción de compradores extranjeros de bonos del Tesoro de EE. UU. Aunque no hay un reemplazo real para los bonos del Tesoro, estos cambios contrastan con la necesidad urgente de financiar proyectos previstos. La economía global y las decisiones de política nacional podrían determinar el camino que tomará el mercado en este entorno dinámico.