Desde Londres, Reuters informa que BlackRock, el gestor de activos más grande del mundo, está en el centro de una controversia legal significativa. Texas y otros 12 estados han presentado un caso acusando a BlackRock, junto con Vanguard y State Street Global Advisors (SSGA), de usar sus participaciones en empresas de carbón de EE. UU. para desalentar la competencia. Sin embargo, BlackRock sostiene que estas acusaciones son infundadas y advierte que el apoyo del gobierno de EE. UU. a este caso podría debilitar los esfuerzos por lograr la independencia energética.
El papel del Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio
El Departamento de Justicia de EE. UU. y la Comisión Federal de Comercio se unieron el jueves al debate al presentar una declaración de interés. Según BlackRock, este respaldo a lo que denominan un caso "infundado" amenaza con reescribir la legislación antimonopolio basada en teorías que consideran absurdas. BlackRock sostiene que cualquier intento de forzar a los gestores de activos a desinvertir en el sector del carbón afectaría su capacidad de inversión y podría llevar a un aumento en los precios de la energía.
La respuesta de los otros actores involucrados
En un comunicado separado, SSGA también rechazó las acusaciones, calificando el caso de infundado y señalando que esperan presentar los hechos de manera adecuada a través del proceso legal. Por su parte, Vanguard ha expresado su preocupación con diversas interpretaciones legales promovidas por las agencias, aunque reconoce y aprecia su apoyo hacia la inversión pasiva y la defensa de los derechos de los accionistas para una mejor gobernanza corporativa.
Declaraciones dentro del marco legal
Vanguard insiste en que "los hechos muestran" que la empresa se ha mantenido dentro de las reglas establecidas, reafirmando su postura de cumplir con las normativas sin perjudicar la competencia. Tanto SSGA como Vanguard parecen decididos a defender sus posiciones dentro del proceso judicial, anticipándose a presentar sus argumentos con firmeza.
Conclusiones y expectativas
A pesar del clima de tensión jurídica, los ojos están puestos en cómo este caso podría impactar la política energética estadounidense. BlackRock defiende su posición, señalando que las medidas propuestas en el caso dañarían su capacidad para invertir adecuadamente en empresas y empleados, con potenciales repercusiones a nivel de precios y estrategias energéticas. La dinámica entre los actores involucrados promete seguir desarrollándose en los próximos meses.