Según el informe original, los precios de la carne de res en las tiendas de EE.UU. alcanzaron cifras récord el mes pasado. Con el inicio de la temporada de parrilladas de verano, que tradicionalmente arranca con el Día de los Caídos, se espera que estos precios aumenten aún más. Este evento, que se celebra el próximo lunes, marca el comienzo de una época de alta demanda que podría impactar de manera significativa el bolsillo de los consumidores.
Factores detrás del alza
Uno de los componentes de este aumento es la suspensión de las importaciones de ganado de México por parte de Washington, debido a la presencia de una plaga conocida como el gusano barrenador del Nuevo Mundo. Esta medida podría endurecer aún más la disponibilidad de ganado y, por ende, incrementar los precios de la carne. Además, una sequía prolongada ha llevado a los agricultores a reducir sus rebaños a un mínimo histórico de 74 años.
El día a día en los supermercados
DeAndrea Chavis, una analista de inteligencia artificial en Raleigh, Carolina del Norte, relata que compra carne molida casi semanalmente y ha visto cómo los precios se dispararon a más de $9 por libra desde rangos anteriores de $6 a $8. Esta experiencia refleja el impacto directo en los hogares, donde ahora se busca alternativas para controlar el gasto sin sacrificar las tradiciones culinarias. El precio de la carne molida aumentó un 6.4%, según datos de Rabobank.
Adaptaciones y cambios de hábito
La alta demanda de carne de res en EE.UU. ha impulsado a consumidores como Chavis a buscar opciones más económicas en tiendas como Lidl y Aldi. Mientras tanto, el consumo de ciertas carnes importadas, como recortes de carne brasileña, alcanzó un récord reciente, indicando una fuerte demanda. A pesar de los precios, los estadounidenses siguen enamorados de sus hamburguesas, lo que se refleja en el significativo volumen de importaciones de recortes de carne para hamburguesas.
Perspectivas a futuro
La prohibición de importaciones de ganado mexicano podría generar un suministro ajustado justo después de la demanda pico del verano, lo cual podría acentuar la problemática de precios elevados. Sin embargo, los comerciantes minoristas especializados no han experimentado una disminución en la demanda de carne fresca y sus derivados, lo que sugiere que los consumidores están dispuestos a absorber los costos adicionales por el momento. Con todo, la situación representa un desafío para muchos estadounidenses que buscan disfrutar de las parrilladas sin ver afectadas sus finanzas.