El presidente Donald Trump ha vuelto a encender el escenario económico con una amenaza arancelaria que apunta directamente a Apple. Según el informe original, el 23 de mayo de 2025 Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a los iPhones fabricados en el extranjero. Trump ha perseguido a Apple con estas tarifas desde su primera administración, y parece que el correr del tiempo no ha menguado su insistencia.
Recordando promesas anteriores
Trump ya había prometido aranceles del 35% para empresas que movieran su producción fuera de los Estados Unidos allá por 2016. Esta vez, su enfoque en Apple busca, según él, trasladar la producción de los iPhones a India. En sus propias palabras, anotó que hace tiempo ya había informado a Tim Cook, CEO de Apple, sobre este particular. La presión está firmemente sobre Apple, a quien Trump impartió que de no cumplir, un arancel será impuesto y "debe ser pagado por Apple a los EE.UU."
Un panorama de caídas y reacciones
Las amenazas de Trump tienen un impacto real en el mercado, como se evidencia en la caída de más del 2% en las acciones de Apple el viernes en la mañana. Dan Ives, un analista de Wedbush, fue rápido en reaccionar, mencionando que si Apple cediera a las demandas de Trump, el precio de un iPhone podría rondar los $3,500, una perspectiva impensable para la marca. Esto se debe al complicado entramado de la cadena de suministro y modelos de costos que sostienen la producción actual.
Aranceles en el aire
Adicionalmente a sus amenazas a Apple, Trump mencionó un posible arancel del 50% sobre la Unión Europea, lo cual agitó aún más las aguas del mercado. Pero Apple no está sola en esta cuerda floja; empresas como John Deere, General Motors y Ford han sido también blanco de las advertencias e intenciones arancelarias del presidente en distintas épocas.
Auge de la producción en India
El anuncio reciente de Foxconn de invertir $1.5 mil millones adicionales en fábricas en India resalta el contexto de esta amenaza. Ante este panorama, resulta incierto cómo podría Trump afectar la producción de iPhones de Foxconn, aunque su autoridad bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional le da la capacidad de aplicar aranceles de manera amplia. La historia está escrita, pero el futuro de las relaciones comerciales sigue en suspenso, mientras el juego de poder económico persiste.