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Cuando Powell habla (y no es de tasas)

Foto: EFE

Una voz que rara vez se sale del guion. No pasa todos los días que Jerome Powell se aleje del lenguaje críptico de la Fed para hablar de democracia. Pero lo hizo. Frente a los graduandos de Princeton —su alma mater—, el presidente del banco central dejó de lado las curvas de rendimiento para decir algo directo: que hay que hacer whatever it takes para proteger la democracia. En un país donde hasta un suspiro del Fed Chair mueve mercados, que haya decidido decir eso… dice mucho.

Protección institucional, mensaje personal. El contexto no es menor. La Corte Suprema acaba de sugerir que Powell no puede ser despedido por Trump, protegiendo su rol. En ese marco, que el mismo Powell, conocido por su discreción institucional casi zen, hable de servicio público, educación y principios democráticos, suena menos como consejo de graduación y más como advertencia premonitoria.

Cuando la economía también es política. Y aun así, lo dijo con elegancia. Haciendo autocrítica incluso: “pensé que la economía era aburrida y sin sentido”, confesó entre risas, recordando su título en ciencia política. Él y todos. Pero 13 años en la Fed después, admite que estaba equivocado. En estos tiempos, la política y la economía ya no se estudian por separado, mucho menos se ejercen así.

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