La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, presentó un presupuesto suplementario que evita recortes inmediatos en servicios médicos y sociales, pese a una reducción proyectada de más de $1,000 millones en ingresos federales y locales. Sin embargo, el panorama para el año fiscal 2026 amenaza con desmantelar parte importante de la red de salud y protección social del Distrito.
2025: sin recortes médicos ni despidos
Para el año fiscal en curso, Bowser logró evitar despidos, licencias obligatorias o el cierre de centros públicos de salud. La ciudad aplicó congelaciones de contratación, recortes de contratos y aplazamiento de gastos, con un ahorro superior a $400 millones. Esto permitió mantener programas clave como Medicaid, servicios de salud comunitarios y subsidios de cuidado infantil, sin necesidad de aumentar impuestos ni reducir la plantilla del sistema de salud.
2026: golpe severo al acceso a la salud
La estabilidad de este año es temporal. Bowser proyecta un déficit superior a $300 millones para 2026, y propone recortes que impactarán directamente a decenas de miles de residentes en situación vulnerable. De acuerdo con NBC Washington:
- Medicaid: se reducirá la elegibilidad al programa, lo que expulsaría a aproximadamente 25,000 personas del sistema de cobertura médica pública.
- TANF (Asistencia Temporal para Familias Necesitadas): sufrirá una reducción de beneficios en efectivo, lo que limita la capacidad de muchas familias de cubrir necesidades básicas de salud y nutrición.
- Crédito tributario por hijos: se restringirá, eliminando un apoyo clave para el acceso a cuidados preventivos y atención pediátrica.
- Licencia familiar pagada: los trabajadores tendrán menos flexibilidad para cuidar a familiares enfermos sin perder sus ingresos, afectando especialmente a cuidadores informales.
Los recortes llegarán en 2026, y golpearán a los más vulnerables
El verdadero impacto del déficit se sentirá en el año fiscal 2026. Para cerrar un hueco de más de $300 millones, Bowser propuso recortes importantes a varios programas de la red de seguridad social. Entre ellos:
- Medicaid: se reducirá la elegibilidad, lo que podría dejar sin cobertura a miles de personas.
- TANF: bajarán los beneficios del programa que entrega efectivo a familias necesitadas.
- Crédito tributario por hijos: se limitará el alcance del apoyo económico directo a familias con menores.
- Licencia familiar pagada: los trabajadores enfrentarán restricciones para ausentarse y cuidar a familiares sin perder ingresos.
Estos cambios reflejan un cambio significativo en las prioridades presupuestarias, que podría profundizar desigualdades en salud y cobertura médica en el Distrito.
Inversiones alejadas del sector salud
Mientras tanto, el presupuesto de Bowser asigna $500 millones a la reconstrucción del estadio RFK y $171 millones a la renovación del Capital One Arena, junto con inversiones en espacios culturales y tecnología. Aunque estas medidas buscan impulsar el desarrollo económico, han sido cuestionadas por su contraste con los recortes previstos en salud y asistencia social.
Medidas fiscales y tensiones políticas
Además, se propone reducir la tasa del impuesto de licencia por maternidad universal de 0.75% a 0.72%, una medida que podría tener impacto en la financiación de programas de licencia familiar y cuidado postnatal. Asimismo, Bowser propone derogar la Iniciativa 82, que buscaba mejorar los ingresos base de trabajadores que dependen de propinas, incluyendo a muchos empleados del sector hospitalario y de cuidados.
El presupuesto para 2025 evita daños inmediatos al sistema de salud del Distrito, pero las decisiones para 2026 podrían dejar a decenas de miles de residentes sin acceso a servicios médicos esenciales, justo cuando los efectos económicos de la pandemia siguen afectando a las comunidades más vulnerables. Las decisiones que tome el Concejo de DC en los próximos meses serán clave para definir el rumbo de la salud pública en la ciudad.