La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, tiene claro su objetivo: devolver a los Commanders a la capital con un nuevo estadio en el sitio del viejo RFK. Para lograrlo, su gobierno propuso invertir cerca de $1.100 millones en infraestructura, transporte y mejoras al vecindario. El dinero no se destinaría a construir el estadio en sí, sino a preparar todo lo que lo rodea: calles, estacionamientos, servicios, accesos y transporte público.
Según Bowser, el equipo pagaría la construcción del estadio, pero el Distrito se encargaría de toda la “construcción horizontal”, es decir, desde el suelo hasta donde empiezan las gradas.
¿De dónde saldrá tanto dinero?
Con un panorama económico complicado, muchos se preguntan cómo pretende financiar esto la ciudad. La respuesta, según Axios, está en una serie de decisiones estratégicas y ajustes presupuestarios que liberaron fondos sin cortar servicios esenciales.
- Cancelar una cárcel de $400 millones: Bowser eliminó el plan de construir una nueva cárcel y en su lugar propuso destinar apenas $5 millones para planificar una eventual sustitución de la actual, que tiene casi 50 años. La idea es que la construcción quede en manos de un inversionista privado.
- Refinanciar la deuda del Distrito: el gobierno capitalino logró un ahorro de $800 millones gracias a la refinanciación de deudas antiguas. “De repente, tenemos más fondos disponibles”, dijo el administrador de la ciudad, Kevin Donahue.
- Pagar antes de tiempo el estadio de los Nationals: la ciudad terminó de pagar los bonos de Nationals Park 10 años antes de lo previsto. Esto liberó el fondo del estadio, financiado con cargos especiales en el área de Navy Yard, y ahora puede usarse para el proyecto de RFK.
¿Afectará a escuelas o bibliotecas?
No, asegura el equipo de Bowser. La directora del presupuesto, Jenny Reed, afirmó a WUSA9 que ningún proyecto de escuelas, bibliotecas o centros recreativos se retrasó o recortó. El dinero para el estadio proviene del presupuesto de capital, que cubre inversiones a largo plazo, como infraestructura o edificios nuevos, y no requiere quitarle recursos a otras áreas.
“Esto no es un juego de uno entra y otro sale. Se trata de usar de forma inteligente la capacidad de endeudamiento del Distrito”, explicó Donahue.
¿Por qué arriesgar tanto?
La alcaldesa insiste en que el retorno económico justifica la inversión. Según sus cálculos, el proyecto generaría 14,000 empleos de construcción y 2,000 empleos permanentes, además de $14 mil millones en gasto directo y $2 mil millones más de forma indirecta.
“Esta inversión transformará esa parte de la ciudad y traerá beneficios por al menos una década”, dijo Bowser. Espera que esos beneficios incluyan ingresos en impuestos sobre ventas e ingresos para el Distrito.
Pero no todos están convencidos
Durante la presentación ante el Consejo de D.C., algunos concejales mostraron dudas. Robert White fue directo: “No he encontrado un economista que respalde esas cifras. Solo veo más deuda para el Distrito”. Cuestionó que el gobierno se endeude sin tener el dinero en el banco y advirtió que los costos de pagar esa deuda también deben tenerse en cuenta.
Aunque Bowser ya incluyó el proyecto en su presupuesto de capital, el Concejo de D.C. todavía debe aprobarlo. Ahí se decidirá si el sueño de un nuevo estadio para los Commanders en el corazón de la capital avanza… o se queda en las gradas.