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Meritocracia con ideología: el nuevo modus operandi de la contratación federal

Foto: Srikanta H. U/Unplash

¿Quieres un empleo gubernamental? No importa cuántas estrellas tengas en tu currículum, sino cuán patriota eres. 

El nuevo plan de contrataciones federales del gobierno parece más un filtro ideológico que un concurso de méritos.

La Casa Blanca anunció nuevas políticas de contratación. Bajo esta nueva directiva, quienes apliquen a puestos públicos —desde ingenieros hasta enfermeros— deberán escribir ensayos explicando cómo piensan promover las políticas del presidente, qué tan comprometidos están con la Constitución y, por si acaso, qué tan patrióticos se sienten. Ah, y también deberán certificar que no usaron inteligencia artificial para redactarlo. 

El plan de contratación también busca limitar el enfoque del gobierno en la contratación de personal de "universidades de élite". Según la administración, la nueva política de contratación federal se trata de corregir un sistema burocrático y lento, alejado de la eficiencia.

Pero lo que está en juego es más grande: ahora, la puerta de entrada al gobierno viene con una prueba de afinidad política. Ya no basta con saber hacer el trabajo. También hay que convencer al poder de turno de que uno está alineado. 

Sí, el presidente tiene autoridad sobre el Ejecutivo. Pero también hay una razón por la que, desde hace más de un siglo, se intenta mantener una burocracia profesional, que no funcione al ritmo de cada ciclo electoral. Porque un buen inspector de alimentos no necesita saber qué piensa el presidente. Necesita saber cuándo una lata está vencida.

¿Y entonces? Esto no es solo un cambio en cómo se contrata, sino en quién se considera apto para servir al país. Lo que se perfila no es un gobierno más eficiente, sino uno más ideológico.

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