Lo que debía ser una celebración deportiva para estudiantes de primaria en DC terminó con angustia, miedo y muchas preguntas. Un hombre fue asesinado a plena luz del día el 20 de mayo, frente a decenas de niños y familias que asistían a una competencia de atletismo. Aunque ningún menor resultó herido, el impacto emocional aún se siente en la comunidad escolar.
Un ataque en medio de un evento escolar
El 20 de mayo, poco antes de las 2:00 pm, tres personas bajaron de un vehículo en la cuadra 800 de la calle 26 NE, frente a la antigua secundaria Spingarn, justo cuando se realizaba una competencia de atletismo organizada por la Asociación Atlética Interscolar de DC.
Kian-Wayne Magruder, de 31 años, recibió varios disparos mientras apoyaba al hijo de su pareja. El ataque ocurrió a pocos pasos de las gradas llenas de estudiantes, padres y personal escolar. El auto de los agresores fue hallado luego incendiado en Fort Lincoln. La policía confirmó que, hasta ahora, no hay arrestos.
“Mi hijo sigue afectado”
Aunque los niños no resultaron físicamente heridos, la escena dejó huellas. Alanna Mazzarella Hart, madre de un estudiante de quinto grado que compitió ese día, expresó su preocupación al canciller escolar, Lewis Ferebee.
“Como mínimo, el evento debió contar con seguridad reforzada de la policía metropolitana”, escribió en un correo compartido con Axios.
Hart también preguntó por qué eligieron un lugar que, semanas antes, ya había sido escenario de otro tiroteo, a solo una cuadra, tras una competencia similar.
Ferebee respondió que los servicios de salud mental del distrito siguen atendiendo a los estudiantes de forma individual y en grupo. “Nuestros atletas escolares están mostrando una resiliencia increíble”, escribió. Aun así, admitió que toda la comunidad “sigue conmovida”.
El impacto emocional crece fuera de las aulas
La violencia armada no solo deja víctimas físicas. También altera la salud mental de quienes la presencian o la siguen por redes y medios. En conversación con El Tiempo Latino, la psicóloga Astrid Gámez explicó que muchas familias enfrentan ansiedad, insomnio y miedo constante incluso sin estar directamente involucradas.
“La rapidez con la que circulan las noticias en línea está afectando a la familia. Los padres se preguntan: ¿quién será la próxima víctima?, ¿pasará en la escuela de mi hijo?”, señaló Gámez, directora ejecutiva de Family Services Network.
Un estudio citado en la revista Science Advances reveló que la exposición continua a la cobertura mediática de hechos violentos alimenta un ciclo de angustia, estrés y más consumo de noticias, lo que a su vez genera deterioro emocional. Según JAMA Network, esta preocupación crónica también se relaciona con problemas físicos, como afecciones cardiovasculares.
Nuevas medidas para la competencia reprogramada
Para evitar nuevos incidentes, las autoridades decidieron reubicar la competencia final. Se llevará a cabo el miércoles en la secundaria Calvin Coolidge, en el noroeste de DC, con presencia adicional de agentes de policía.
Además, varios padres solicitaron que no se utilice la pistola de salida para las carreras, ya que su sonido podría generar ansiedad entre los niños. Aunque los organizadores inicialmente afirmaron que era necesaria, Kenneth Owens, director de la Asociación Estatal Atlética, propuso una alternativa.
“Pueden usar un silbato. Estoy de acuerdo con ustedes: sería demasiado para los niños escuchar otra vez el sonido de un disparo”, dijo durante una audiencia ante el concejo local.
Un mes sangriento en la capital
El asesinato de Magruder no fue un caso aislado. Solo en mayo, 20 personas murieron por armas de fuego en la ciudad. Entre ellos estaban Jamar Jackson, de 19 años, acribillado junto a otros dos adolescentes en el sureste, y José Carcamo, de 59, alcanzado por una bala perdida mientras cenaba en su cuarto del noroeste. Su madre, que lo visitaba desde El Salvador, lo encontró muerto en la mesa.
Hasta el 31 de mayo, DC registró 69 homicidios, casi igual que los 73 ocurridos en los primeros cinco meses de 2024. Esto ocurre a pesar de que la ciudad experimentó una caída del 22% en los crímenes violentos respecto al año pasado.
“Estamos viendo demasiados conflictos personales resolverse con armas”, advirtió la jefa de policía Pamela A. Smith.
Y aunque el año pasado los homicidios bajaron 31%, las cifras siguen por encima de los niveles previos a la pandemia.
Dolor que no se olvida
Mientras los medios cubrían con atención casos como el asesinato de dos diplomáticos tras un evento cultural, muchas familias en comunidades como Ward 7 sentían que sus tragedias no recibían la misma atención.
“Cuando esto pasa al otro lado del río, parece que no importa. El mensaje que escuchamos es: ‘no se preocupen por eso’”, expresó el activista Jay Brown a The Washington Post.
DC se prepara para recibir a millones de personas durante eventos como el WorldPride y la celebración por los 250 años del Ejército. Sin embargo, muchas familias locales piden algo más básico: saber que sus hijos pueden competir, correr o animar desde las gradas sin miedo a que la violencia llegue al campo.