La economía australiana enfrentó un inicio de año flojo, creciendo apenas un 0.2% en el primer trimestre, según datos de la Oficina Australiana de Estadísticas. Esto quedó muy por debajo de las expectativas del mercado, que preveían un crecimiento del 0.4%, como se detalla en el informe original. Anualmente, el crecimiento del PIB se situó en un 1.3%, no alcanzando el 1.5% esperado y manteniéndose lejos del ritmo "normal" del 2.5% que solía ser la norma.
Recortes de tasas y señales de futuras medidas
Ante este escenario, el Banco de la Reserva de Australia (RBA) ha actuado rápidamente, reduciendo las tasas de interés dos veces desde febrero hasta ubicarlas en 3.85%. Las actas de la reunión de política del RBA en mayo indican que están abiertos a un recorte adicional de medio punto. Ben Udy, economista principal de Oxford Economics Australia, ha observado una potencial debilidad económica continuada en el segundo trimestre.
Causas de la desaceleración
Katherine Keenan, jefa de cuentas nacionales del ABS, señaló que eventos climáticos extremos afectaron la demanda interna y las exportaciones, impactando negativamente en sectores como la minería, el turismo y el transporte marítimo. A pesar de estos desafíos, el consumo de los hogares aumentó un 0.4% en el trimestre, añadiendo 0.2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB, mientras que la cantidad ahorrada por los hogares subió al 5.2%, el nivel más alto desde el tercer trimestre de 2022.
Perspectivas futuras y desafíos
Se espera que las probabilidades de un nuevo recorte de tasas en julio alcancen el 80%, con un alivio total que podría situarse en casi 100 puntos básicos, alcanzando un fondo de 2.85% a principios del próximo año. Sin embargo, el gasto del gobierno, que ha sido el motor del crecimiento económico durante el año pasado, ahora representa el mayor lastre desde 2017.
Desempeño económico y productividad
El reporte también destaca una moderación en las medidas de inflación, con el deflactor de la demanda interna reduciéndose a un 3.3% anual desde un 3.5% en el cuarto trimestre. En términos de productividad, Australia sigue enfrentando desafíos, ya que la producción por hora se mantuvo sin cambios durante el trimestre y disminuyó un 1% en el año.
