En un reciente informe publicado por Reuters y escrito por Leika Kihara, se revela que Japón, a pesar de la creciente digitalización, todavía no tiene planes de emitir una moneda digital del banco central (CBDC).
Desde Tokio, el Director Ejecutivo del Banco de Japón (BOJ), Kazushige Kamiyama, destacó que aunque la emisión de billetes sigue siendo alta, el uso de efectivo podría disminuir significativamente en el futuro debido a la rápida digitalización. Esto plantea grandes desafíos y oportunidades en cuanto a la modernización del sistema de pagos del país nipón.
La postura del Banco de Japón
Kamiyama, en su intervención durante una reunión con empresas privadas sobre un programa piloto para desarrollar un yen digital, subrayó la necesidad de que Japón analice los pasos necesarios para asegurar que su sistema de liquidación minorista se mantenga a la vanguardia.
La intención es que sea no solo conveniente y eficiente, sino también accesible, seguro y resiliente para todos los usuarios. A pesar de esto, afirmó que el BOJ no tiene, por ahora, planes concretos para lanzar una CBDC.
Innovación continua en el sistema financiero
Aunque no se ha tomado una decisión definitiva sobre la creación de una CBDC en Japón, el BOJ continúa trabajando en mejorar la seguridad y la eficiencia de los sistemas de pagos y liquidación del país. Kamiyama hizo hincapié en la importancia de estos esfuerzos, mientras aún se experimenta y se dialoga con el sector privado sobre la potencial creación de un yen digital. Estos estudios y experimentos pretenden mantener a Japón listo en caso de que el gobierno y el parlamento decidan avanzar en este camino.
Las monedas digitales de bancos centrales han captado nuevamente la atención mundial, especialmente después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, prohibiera avances en un dólar digital al retomar el poder. Japón observa atentamente estos desarrollos globales, que podrían influir eventualmente en sus propias decisiones sobre la adopción o no de una CBDC.
El camino adelante para Japón
A medida que el mundo se mueve hacia una economía más digitalizada, el BOJ enfrenta presiones para mantenerse a la altura de las circunstancias, asegurando que los sistemas financieros de Japón sean robustos y estén bien preparados para los cambios que vendrán. La declaración de Kazushige Kamiyama marca un momento clave para Japón, subrayando la necesidad de innovación y preparación, mientras se mantiene abierto al diálogo y la investigación a través de colaboraciones con el sector privado.