El nuevo plan de deportaciones masivas de la administración está transformando a todo el aparato de seguridad federal en una oficina de inmigración. Bajo la presión directa de Stephen Miller —el arquitecto de la política migratoria del país— agencias como el FBI, la DEA e incluso el IRS están reasignando personal para ayudar a ICE a cumplir una meta: 3,000 detenciones de inmigrantes por día.
¿El delito de muchos de ellos? No tener papeles, no antecedentes criminales. Aunque oficialmente se habla de seguridad nacional, en la práctica esto ha significado desplazar recursos de investigaciones graves hacia la persecución de personas por faltas administrativas.
¿Qué está pasando ahorita? Los operativos de ICE han aumentado considerablemente en el último mes. Y todo está quedando documentado: videos de detenciones en tribunales, vecindarios y hasta en lugares de trabajo.
¿Quiénes son los detenidos? La mayoría son inmigrantes indocumentados que tienen más de 10 años en Estados Unidos a diferencia de lo que pasó en la administración anterior, cuando las detenciones se hacían en la frontera a personas que acaban de entrar de manera irregular al país.
Y todo podría ser peor.
- El nuevo plan deportaciones será sin precedentes por su alcance y propósito. La “Operation At Large” es el mayor despliegue de ICE bajo esta administración. Involucra a más de 5,000 agentes federales, incluyendo personal de agencias como el FBI, la DEA y el IRS, además de una solicitud pendiente para sumar hasta 21,000 miembros de la Guardia Nacional. No se limita a criminales: apunta también a personas sin antecedentes penales. Algunas unidades como Homeland Security Investigations, que normalmente investigan crimen transnacional, están siendo redirigidas a tareas de detención migratoria.
- La justicia federal, reordenada en torno a inmigración. Diversas oficinas del Departamento de Justicia han desmantelado equipos especializados para redirigir fiscales a casos migratorios. Según fiscales actuales y retirados, citados por NBC News, ahora se evalúa si una persona es deportable antes de decidir si procesarla penalmente. Hay casos que no avanzan, no porque no sean graves, sino porque no tienen “componente migratorio”.
¿Las consecuencias para la seguridad a largo plazo? Serán muchas. El desvío de recursos hacia ICE ha provocado tensiones internas: funcionarios advierten que investigaciones relevantes en otras áreas —como terrorismo doméstico, tráfico de drogas o delitos financieros— están siendo postergadas.
Algunos agentes han recibido instrucciones de limitar su rol en redadas para evitar problemas legales, mientras otros simplemente se sienten desmotivados por ver cómo se prioriza la cuota migratoria sobre el trabajo de fondo. La prioridad, al parecer, no es qué tan peligroso es alguien, sino si tiene papeles o no.
Te dejamos este editorial de nuestro CEO, Marcos Marín. Una perla de cómo se están viviendo las deportaciones, ya no son en la frontera, ahora son ahí, en la calle, afuera de tu casa, en tu puesto de trabajo.