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Un divorcio judicial (con la Federalist Society) que acaba en malos términos

Leonard Leo, el hombre que ayudó a moldear el poder judicial conservador de Estados Unidos durante las últimas dos décadas, ahora es el blanco de Donald Trump

Foto: Adam Michael Szuscik/Unplash

Leonard Leo, líder de la Federalist Society y el hombre que ayudó a moldear el poder judicial conservador de Estados Unidos durante las últimas dos décadas, ahora es el blanco de Donald Trump. Sí, es el mismo Leo que prácticamente eligió a los jueces de Trump en su primer mandato.

El presidente lo llamó sleazebag y lo acusó de odiar a América. ¿La razón? Perder el caso de los aranceles en la Corte Internacional de Comercio. 

Pero esto no es solo un ataque más. Es una grieta real entre Trump y la Federalist Society, esa especie de línea de ensamblaje ideológica que durante años produjo jueces listos para decir que el Estado no puede regular nada… excepto tu cuerpo.

¿Conocías sobre la sociedad federalista? Muy poco se habla de ella, pero qué importante es para el sistema de justicia estadounidense. Incluso, la coalición ha controlado las nominaciones judiciales de los presidentes republicanos desde 2005. 

¿Y ahora? Trump los ataca por perder un caso. La ruptura entre el presidente y la Federalist Society podría ralentizar la maquinaria judicial que impulsó gran parte de su “éxito” legal.

¿Qué podría salir mal con esta enemistad? Casi todo. El quiebre con la sociedad federalista se convierte en uno de los giros más significativos de este segundo mandato, porque aunque Trump ya hizo historia con la cantidad de jueces que nombró, eso fue gracias a la maquinaria de Leo. Sin ese aparato, las nominaciones judiciales –ahora– podrían ser más improvisadas, menos estratégicas y, paradójicamente, aún más peligrosas.

¿Y quién viene ahora a ocupar ese espacio? Todo indica que será Mike Davis, una figura aún más alineada con la Casa Blanca, menos preocupado por la jurisprudencia y más enfocado en la lealtad personal. Davis no busca jueces conservadores: busca fieles. La Constitución, para él, parece más una sugerencia que una regla. 

Así que sí, podríamos ver jueces que técnicamente sigan siendo de la Federalist Society, pero con un nuevo ingrediente: la lealtad al jefe. Y si antes los tribunales inclinaban la balanza hacia un lado, ahora podrían directamente arrodillarse. 

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