Prepárense, porque este jueves promete movimiento financiero en Europa. Según la información presentada en el informe original, el Banco Central Europeo (BCE) está casi seguro de que reducirá las tasas de interés nuevamente. Esto marcaría la séptima vez en 13 meses que el BCE toma esta acción, un esfuerzo por mantener la economía de la eurozona a flote tras varios sacudones económicos. La inflación, que ha regresado a un 2%, está en línea con los objetivos, ofreciendo un poco de espacio para maniobras.
Un escenario sin sobresaltos
Al parecer, la decisión de recortar las tasas este jueves no generará grandes controversias. Los inversionistas ya están pensando en una posible pausa en julio, una visión respaldada por algunos políticos conservadores que sugieren que es tiempo de reevaluar la situación económica antes de seguir adelante. La tasa de depósito del BCE llegaría al 2.0%, considerada "neutral", es decir, ni estimula ni frena la economía.
La creciente incertidumbre económica
La incertidumbre creada por la guerra comercial desatada por el presidente de EE. UU., Donald Trump, está afectando la actividad económica, a tal punto que, incluso si se llega a una solución amigable, las cicatrices podrían durar. Sandra Horsfield, economista de Investec, señaló que la incertidumbre en los aranceles dificulta que las empresas tomen decisiones de inversión y contratación a largo plazo, añadiendo un elemento desinflacionario.
¿Un futuro complicado?
Con el panorama futuro, se prevé que el BCE pueda ajustar sus proyecciones de crecimiento e inflación para el próximo año. Muchos economistas creen que la inflación podría bajar por debajo del objetivo del 2% el próximo año, lo que recuerda una década antes de la pandemia cuando el crecimiento de los precios era bajo. Además, el aumento del gasto de defensa en Europa, especialmente en Alemania, y los costos de la transición verde, podrían presionar la inflación al alza en el futuro.
Mirando hacia el 2027
Según Reinhard Cluse, economista de UBS, el tiempo para recortes de tasa dentro del BCE podría terminarse al final del verano. Cluse también menciona que, a finales de 2026, el BCE podría necesitar aumentar las tasas nuevamente para contrarrestar la presión inflacionaria prevista para 2027. La demografía cambiante en Europa, junto con una fuerza laboral en disminución, promete mantener el mercado laboral ajustado, lo que a su vez, podría ser un motor inflacionario significativo.