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La UE y el acuerdo Mercosur en la cuerda floja

Photo by Jay Lee / Unsplash

La Unión Europea está en la última etapa de decidir sobre su acuerdo comercial con el Mercosur, un bloque que incluye a varias naciones sudamericanas. Según el informe original, el comisionado de agricultura de la UE, Christophe Hansen, dejó saber que este podría ser aprobado antes del verano. Sin embargo, no hay una fecha definitiva, y entre tanto, persisten divisiones profundas entre los miembros de la UE, particularmente con Francia siendo una voz crítica.

Francia al frente de la oposición

Francia, con el presidente Emmanuel Macron a la cabeza, ha sido especialmente vocal en contra de este pacto, argumentando que perjudicaría a los agricultores europeos. La preocupación radica en que las regulaciones más estrictas de Europa podrían dejar en desventaja a sus productores frente a sus contrapartes sudamericanas. En una reunión en París, Macron y su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, discutieron estas diferencias, con Macron sugiriendo mejoras al acuerdo mediante la inserción de “cláusulas espejo”.

Sobre la mesa: cláusulas de freno de emergencia

Uno de los puntos de fricción es la propuesta de Francia para incluir una cláusula de freno de emergencia. Esta medida busca permitir restricciones en las importaciones si un aumento repentino amenaza con desestabilizar ciertos mercados dentro de la UE. Este tipo de salvaguardas busca proteger a los productores locales ante potenciales avalanchas de productos del Mercosur que podrían saturar los mercados.

El papel de Christophe Hansen

Por su parte, Christophe Hansen ha expresado su escepticismo sobre la necesidad de reabrir las negociaciones con Mercosur para incluir nuevas salvaguardas. En su opinión, retomar las discusiones no aportaría una solución útil a la situación actual. Hansen ha señalado que hay sectores dentro de la agricultura y alimentos que ven en este acuerdo una oportunidad para expandirse y crecer en nuevos mercados.

Con tantos intereses encontrados, la aprobación del acuerdo sigue siendo un asunto complejo de resolver. Mientras tanto, la fecha límite se acerca y la presión sobre los estados miembros de la UE para tomar una decisión definitiva solo aumenta. ¿Será antes del verano? Solo el tiempo lo dirá, mientras siguen las conversaciones y debates en los niveles más altos de gobierno.