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Scott Bessent, más que un banquero

El secretario del Tesoro entra en la conversación como posible sucesor de Jerome Powell en la Reserva Federal.

Foto: EFE

Cuando el nombre de Scott Bessent, secretario del Tesoro y arquitecto de la estrategia comercial de Trump, entra en la conversación como posible sucesor de Jerome Powell en la Reserva Federal, no estamos hablando solo de un cambio de silla. Estamos hablando de cómo Trump, si regresa a la Casa Blanca, quiere redibujar las líneas entre política fiscal, comercial y monetaria.

¿Independencia? Depende. El rol del presidente de la Fed se ha construido sobre una sola premisa: independencia. Pero Trump lleva años empujando ese límite, y ahora evalúa poner en ese puesto a uno de sus aliados más fieles.

Bessent tiene peso en los mercados, sí. Pero también tiene una lealtad política que podría incomodar a quienes ven en la Fed un contrapeso, no un brazo extendido del Ejecutivo.

Un perfil más político que técnico. Bessent ha sido clave en la agenda de aranceles, impuestos y reformas de Trump. Su especialidad no es la política monetaria, pero eso parece secundario: su ventaja sería implementar sin fricción los deseos del presidente. Kevin Warsh, otro nombre en juego, tiene más experiencia en la Fed, pero comparte una visión afín. Lo que busca Trump no es solo bajar las tasas, sino alguien que no cuestione cuándo ni por qué.

El mensaje a los mercados. Lo que más inquieta no es quién, sino cómo se elija. Si la designación se percibe como política, los mercados podrían responder con escepticismo. No por desconfianza hacia Bessent o Warsh, sino porque se rompe el pacto no escrito de autonomía técnica. Si el próximo presidente de la Fed tiene que rendir cuentas a la Casa Blanca, el dólar, la inflación y la inversión extranjera lo sabrán antes que nadie.