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El cielo es de los drones

La Casa Blanca acaba de firmar un paquete de órdenes ejecutivas que pondrá miles de drones autónomos sobre nuestras ciudades en los próximos años

Foto: Unplash

La guerra de los cielos ya no es cosa de aviones militares. La Casa Blanca acaba de firmar un paquete de órdenes ejecutivas que, si despega como esperan, pondrá miles de drones autónomos sobre nuestras ciudades en los próximos años.

La movida busca recuperar el liderazgo estadounidense en la aviación —hoy dominada por China— y soltar el freno regulatorio que ha mantenido al sector atrapado en reglas pensadas para el siglo pasado. Lo que viene: drones haciendo entregas, inspeccionando infraestructura, patrullando eventos masivos... y un mercado que se estima moverá $58.4 mil millones en 2028.

El cielo como nuevo terreno de juego. El cambio clave será permitir vuelos “más allá de la línea de visión”, un requisito esencial para que la entrega con drones escale de verdad.

Walmart ya anunció su expansión a cinco ciudades; compañías como Zipline y Ondas Holdings se preparan para aprovechar el nuevo marco regulatorio.

Pero el futuro no es solo comercial: el Pentágono ha elevado su presupuesto en drones autónomos, y la Casa Blanca también apunta a relanzar la aviación supersónica y el desarrollo de taxis aéreos. El mensaje es claro: el próximo capítulo de la aviación será más autónomo, más bajo y más rápido.

Ni todo son buenas noticias, ni todo está resuelto. El apetito de mercado es enorme, pero el desafío es igual de grande: garantizar seguridad en un espacio aéreo compartido, blindar estos sistemas ante ciberataques, y —quizás lo más complejo— ganarse la confianza del público.

¿Qué tan cómodos estaremos con enjambres de drones cruzando las ciudades? Como bien dice Lisa Ellman de la Commercial Drone Alliance: “La tecnología ya está lista; el problema era la política. Y eso es lo que está empezando a cambiar”.