ir al contenido

RFK Stadium espera mientras el Consejo retrasa el nuevo estadio de los Commanders

El retraso en la aprobación para renovar RFK Stadium divide opiniones entre promesas económicas y posibles impactos financieros.

Foto: EFE/EPA/WILL OLIVER.

El proyecto para transformar el sitio abandonado de RFK Stadium en un nuevo hogar para los Washington Commanders enfrenta un retraso en su aprobación. A pesar de los esfuerzos de la alcaldesa Muriel Bowser y las presiones de los Commanders, el Consejo de DC ha decidido tomarse más tiempo, extendiendo la votación más allá de la fecha límite que estaba marcada para el 15 de julio. Según The Washington Post, este retraso podría alterar los plazos de construcción y frustrar los planes iniciales.

Frustración por el retraso

El Consejo explicó que necesita analizar a fondo el proyecto, que tiene un costo de $3,700 millones, de los cuales $2,700 millones provendrán de inversión privada. Sin embargo, el equipo reaccionó con descontento. Representantes de los Commanders señalaron que cualquier retraso afecta el cronograma y debilita la posibilidad de avanzar rápidamente.

Por su parte, la alcaldesa Bowser expresó su preocupación en declaraciones recogidas por Axios, afirmando que el retraso pone en riesgo la posición ventajosa de la ciudad dentro de las negociaciones. Además, recordó que su objetivo era incluir esta propuesta dentro del presupuesto fiscal 2026, acompañada por la aprobación legislativa correspondiente.

¿Qué implica este proyecto?

El plan para el nuevo estadio abarca más que instalaciones deportivas. También busca revitalizar el área circundante, proponiendo la creación de áreas recreativas y comerciales. Según cálculo estimado, esta iniciativa intentaría no recaer completamente sobre los contribuyentes, aunque muchos ciudadanos permanecen escépticos sobre el costo final.

Mientras algunos líderes ciudadanos abogan por los beneficios económicos que el estadio podría traer, como nuevos empleos y turismo local, otros desconfían de los acuerdos financieros y los compromisos a largo plazo. Estas opiniones dividen a la comunidad, según destacó recientemente The Washington Post.

Esfuerzos por reducir el impacto

Miembros clave del Consejo subrayaron su disposición para trabajar de manera intensa en las siguientes semanas. Su objetivo sería superar las barreras legales y financieras que frenan el proyecto. Durante las sesiones de trabajo, las partes involucradas tratarán de afinar detalles y establecer acuerdos claros que permitan resolver dudas pendientes. Como se mencionó en Axios, estas negociaciones serán el factor decisivo para determinar si el estadio avanza según los plazos originales.

Por otro lado, los Commanders recalcaron la necesidad de un compromiso firme por parte de las autoridades locales. De su lado, advierten que la viabilidad se encuentra en juego mientras el tiempo corre.

Opinión pública dividida

En la comunidad, la discusión sobre el futuro de RFK Stadium generó posturas enfrentadas. Entre quienes respaldan la construcción, destacan argumentos relacionados con las oportunidades económicas y el potencial atractivo turístico de la ciudad, puntos que la alcaldesa Bowser comparte. Por otro lado, están los que señalan que D.C. no debería cofinanciar proyectos de equipos deportivos privados.

Finalmente, el Consejo enfrenta la presión de sopesar los beneficios y riesgos de esta ambiciosa inversión. Como registró The Washington Post, la decisión no solo determinará el destino de RFK Stadium, también marcará un precedente para proyectos similares en el futuro.

La ciudad y su comunidad esperan una resolución que permita concretar el proyecto sin comprometer las finanzas locales ni generar tensiones innecesarias. A medida que se desarrollan las próximas semanas, todos los ojos estarán puestos en el desenlace de esta compleja negociación.

Últimas Noticias