Los líderes republicanos están actualmente en medio de negociaciones cruciales para ajustar el nuevo proyecto de ley fiscal del Senado. Según el informe original, este proyecto enfrenta obstáculos significativos para asegurar las mayorías necesarias en ambas cámaras. Aunque la meta es aprobar la legislación sobre recortes de impuestos del presidente Donald Trump antes del 4 de julio, el camino parece estar lleno de desafíos políticos.
Más recortes en Medicaid preocupan a los senadores
La propuesta del Senado sugiere recortes más agresivos en el gasto de Medicaid en comparación con la versión de la Cámara aprobada el mes pasado. Este enfoque ha generado preocupaciones entre los republicanos moderados. El presidente del Comité de Finanzas, Mike Crapo, menciona que estas provisiones podrían ahorrar varios cientos de miles de millones de dólares más que la versión de la Cámara, lo que no ha evitado las objeciones de senadores como Susan Collins, Lisa Murkowski y Jim Justice.
El límite SALT bajo presión
Una medida controversial dentro del proyecto del Senado es mantener el límite de $10,000 en las deducciones por impuestos estatales y locales (SALT). Esto ha sido fuertemente criticado por miembros de la Cámara de Nueva York, Nueva Jersey, y California, quienes prefieren un límite de $40,000. Crapo reconoció que esta es una cuestión que tendrá que resolverse en colaboración con la Casa Blanca y la Cámara, ya que es un punto de fricción importante en las negociaciones.
Oposición interna podría retrasar los planes
Dentro del propio partido, hay senadores que ya han expresado su oposición al proyecto en su forma actual. Wisconsin Senator Ron Johnson y otros han señalado deficiencias significativas, particularmente en relación con los recortes de gasto y las deducciones para negocios. Además, la posibilidad de aumentar el techo de la deuda en $5 billones ha generado resistencia, firme en figuras como Rand Paul, quien se opone a cualquier incremento en el techo de deuda.
Vicepresidente Vance refuerza la presión política
El vicepresidente JD Vance ha intensificado sus esfuerzos para consolidar apoyo entre los republicanos del Senado, reuniéndose con ellos para presionar por la aprobación del proyecto de ley antes del 4 de julio. Vance se muestra confiado en que se logrará el objetivo, aunque los retos internos sugieren que los líderes del Senado podrían necesitar más tiempo para lograr un consenso entre sus filas. Con varios senadores moderados y conservadores expresando escepticismo, el futuro del proyecto aún pende de un hilo.
