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Irán ataca base de EE.UU. en Qatar

Irán lanzó misiles balísticos contra la base estadounidense de Al Udeid en Qatar en respuesta a los recientes bombardeos de EE.UU. sobre sus instalaciones nucleares.

Photo by Hayrullah Gozcu / Unsplash


Una represalia sin víctimas: misiles iraníes sobre Al Udeid

La madrugada del lunes, Irán lanzó una ofensiva con misiles balísticos de corto y mediano alcance contra la base aérea de Al Udeid en Qatar, donde operan fuerzas estadounidenses. Según el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní, se trató de una operación “poderosa” en respuesta directa a los recientes bombardeos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán. Sin embargo, la defensa aérea de Qatar logró interceptar todos los proyectiles, evitando víctimas o daños materiales.

El ataque llega apenas dos días después de que EE.UU. bombardeara tres centros nucleares clave en Irán bajo la operación “Midnight Hammer”. En respuesta, Irán habría lanzado un número equivalente de misiles al de bombas utilizadas por Washington. Funcionarios estadounidenses confirmaron que, tras los bombardeos, ya habían reubicado parte de su flota aérea en previsión de posibles represalias.


Rechazo regional y efectos económicos inmediatos

Varios países árabes reaccionaron con firmeza. Egipto calificó el ataque como “una violación de la soberanía de Qatar”, mientras Arabia Saudita lo consideró “un acto inaceptable bajo cualquier circunstancia”. Bahréin, Jordania, Omán y la Autoridad Palestina también condenaron la agresión, destacando la necesidad urgente de desescalar las tensiones. La mayoría de los países árabes evitaron respaldar a Irán, subrayando la sensibilidad del momento.

En un gesto inusual, fuentes cercanas confirmaron que Irán habría avisado previamente a Qatar sobre el ataque, lo que permitió cerrar el espacio aéreo y prepararse para la defensa. La ausencia de víctimas refuerza la teoría de que el objetivo era enviar un mensaje político más que causar daño directo, alineado con una estrategia de “escalada controlada”.

El impacto económico fue inmediato: el precio del petróleo, que había subido ante el temor de interrupciones energéticas, cayó abruptamente un 7 % tras conocerse la interceptación exitosa. El crudo cerró en $68.51 por barril, marcando su peor jornada desde abril y trayendo algo de alivio a los mercados ante el riesgo de una crisis energética global.

Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos monitorea de cerca la situación. El presidente Trump convocó a su equipo de seguridad nacional, aunque no se ha anunciado una respuesta militar inmediata. La Casa Blanca enfrenta ahora el desafío de contener la escalada sin ceder en su postura frente al programa nuclear iraní.

Aunque no se produjeron bajas, el episodio demuestra la volatilidad del equilibrio geopolítico en Medio Oriente. Con los misiles interceptados, Irán parece haber cumplido su promesa de represalia sin empujar a una guerra abierta. Pero el conflicto entre Teherán, Washington e Israel sigue muy lejos de una resolución.