Parece que Donald Trump no teme compartir mensajes privados en sus redes sociales. Según el informe original, el ex presidente de EE.UU. publicó en Truth Social un mensaje del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, justo antes de su llegada a la cumbre de la OTAN en La Haya. Esta acción, aunque inusual en el ámbito diplomático, revela cómo algunos líderes buscan agraciarse con Trump, dadas las circunstancias.
El mensaje de Rutte a Trump
Mark Rutte, antiguo primer ministro de Países Bajos y ahora Secretario General de la OTAN, envió un mensaje a Trump que fue posteriormente compartido públicamente. En el mensaje, Rutte felicitó a Trump por su "acción decisiva en Irán" calificándola de extraordinaria y afirmando que hacía al mundo más seguro. Además, sugirió que Trump estaba en camino a otro gran éxito en La Haya y que su acción había llevado a un acuerdo del 5% con los aliados.
Trump diseñado en el centro de la cumbre de la OTAN
El mensaje de Rutte no fue solo de felicitación, sino que también destacaba el impacto de Trump en las relaciones transatlánticas. Rutte destacó que Trump llevó a Europa a un momento importante para Estados Unidos y el mundo. Según el mensaje, Europa pagará en gran medida, como debería, asegurando que este sería un triunfo significativo para Trump. La cumbre fue estructurada con un enfoque en Trump, con una agenda ligera y una cena de estado arreglada con el Rey de los Países Bajos.
Compromiso con la OTAN en juego
Uno de los objetivos principales de Rutte para esta reunión fue asegurar que Trump reafirme su apoyo al Artículo 5 de la OTAN, que compromete a los miembros a defenderse mutuamente. Rutte expresó que sin Trump, alcanzar el umbral del 2% este año habría sido imposible. A pesar de que el mensaje se hizo público sin planearse, Rutte afirmó no tener ningún problema con su divulgación.
En medio de estas declaraciones, Trump había partido antes de lo esperado de la cumbre del Grupo de los Siete para asistir al evento en La Haya, donde el apoyo y la relación con Trump parecían ser prioritarios en la agenda de Rutte. Mientras que algunos podrían ver esto como una ruptura del protocolo, para otros es simplemente una muestra del juego diplomático moderno.