En mayo, los fondos de bonos a largo plazo en Estados Unidos vivieron un revitalizante repunte, atrayendo 7.4 mil millones de dólares. Esta cifra representa el mayor flujo mensual de entradas en más de dos años, según el informe original. En contraste, el mes anterior estos fondos enfrentaron una salida significativa debido a diversas preocupaciones económicas.
Motivos detrás del cambio
Jeana Doubell, analista de ingresos fijos en Morningstar, explicó que este interés por los bonos a largo plazo responde a expectativas de un menor crecimiento económico. Los inversores consideran que los bonos ofrecen mejor valor que otros activos más riesgosos. Las preocupaciones de abril sobre las medidas arancelarias de EE.UU., que podrían haber avivado la inflación, llevaron a una venta masiva de estos bonos.
El papel de la inflación
Chris Gunster, jefe de ingresos fijos en Fidelis Capital Partners, comentó acerca de la relación entre los precios de los bonos a largo plazo y la inflación. Según él, mientras la inflación se mantenga por debajo del objetivo del 2% de la Fed, los bonos a largo plazo deberían reafirmarse como una cobertura contra el declive de acciones y otros activos de riesgo.
Desempeño de diferentes tipos de fondos
Además de los bonos a largo plazo, los fondos de bonos a corto plazo no corrieron con la misma suerte y experimentaron salidas de 5.8 mil millones de dólares en mayo. Por otro lado, los fondos a plazo intermedio vieron entradas considerables que alcanzaron los 4.2 mil millones de dólares, destacando la preferencia de los inversores por mayor seguridad en momentos inciertos.
Los ETF que lideraron el camino
Entre los fondos cotizados (ETF), el iShares 20+ Year Treasury Bond ETF encabezó la lista con notables entradas de 4.3 mil millones de dólares. Otros ETF destacados fueron el iShares 10-20 Year Treasury Bond ETF, que recibió 1.2 mil millones, y el iShares 7-10 Year Treasury Bond ETF, con 625 millones, demostrando un sólido interés en los bonos del Tesoro a diferentes plazos.