Tras un silencio de casi dos décadas, Oasis regresa con su gira “Oasis Live ’25”, la cual arranca el 4 de julio de 2025 en Cardiff y se extiende a lo largo del verano por Reino Unido, Irlanda y otras regiones del mundo. Sin embargo, detrás del telón se ha planificado un protocolo extremadamente cuidadoso para garantizar que las tensiones históricas entre Liam y Noel Gallagher no interfieran con el éxito del reencuentro.
El eje de este plan ha sido descrito como una auténtica “operación militar”. Según fuentes internas —citadas por The Daily Mirror y medios latinoamericanos— la estrategia central es mantener a los hermanos completamente separados la mayor parte del tiempo. No compartirán camerino ni sala verde, y tampoco viajarán juntos, salvo en momentos estrictamente vinculados al trabajo conjunto: ensayos, conciertos y algunos compromisos promocionales.
Los itinerarios de viaje se han diseñado por separado para ambos, lo cual incluye trayectos individuales al aeropuerto, hoteles distintos y rutas que eviten encuentros casuales en los pasillos o elevadores. Además, protagonizarán after-parties VIP separados, rematando la segregación incluso tras los conciertos.
Aunque ambos han declarado públicamente su entusiasmo por el regreso —especialmente Liam, quien incluso ha minimizado la rivalidad en redes sociales—, el plan no pretende fomentar una reconciliación personal, sino asegurar una colaboración profesional estable . Para evitar preguntas inoportunas, se ha decidido no realizar entrevistas conjuntas, reduciendo el riesgo de surgir tensiones mediáticas.
El porqué de esta estrategia es claro: una riña pública podría generar la cancelación de múltiples conciertos, ocasionando un desastre para la reputación de la banda y significativas pérdidas financieras. Con un impacto estimado en cientos de millones de euros —se habla de más de 480 millones de euros solo en Reino Unido y Europa, los organizadores no pueden permitirse errores.
No solo eso: los contratos son extremadamente estrictos en cuanto a pagos. Según informó The Sun, los hermanos no recibirán su tarifa hasta después de actuar, evitando anticipos que podrían evaporarse ante un conflicto y embargando indemnizaciones onerosa por cancelación.
Esta meticulosidad sin precedentes sugiere una lección melodramática: la gira no es un reencuentro romántico, sino una asociación profesional. En este sentido, se trata de un esfuerzo por dejar el legado de Oasis intacto ante una audiencia global cautiva de su nostalgia, y garantizar que el spotlight permanezca sobre su música, no sobre escándalos fraternales .