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Demasiado radical para ser legal

Foto: EFE

Y hablando de ciudadanía y denaturalización, ¿un caso real? El gobierno ya apunta a uno bien mediático: Zohran Mamdani, el joven legislador estatal que ganó las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York. Tiene 33 años, es hijo de inmigrantes, y ahora podría convertirse en el primer alcalde musulmán de la ciudad. Pero para parte del Partido Republicano (y de Donald Trump) eso no es histórico: es incómodo. 

Desde que Mamdani ganó, la maquinaria conservadora no ha parado. El presidente lo llamó comunista y dijo que Nueva York se convertiría en una ciudad comunista si llega al poder.

Otros fueron más lejos: algunos congresistas y grupos cercanos a Trump sugieren que debería ser denaturalizado. ¿Por qué? Entre otras cosas, por una letra de rap que escribió en 2017. Así de lejos (o de cerca) está el pasaporte de un naturalizado.

La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, no confirmó que Trump quiera deportarlo, pero tampoco lo descartó del todo.

“No he escuchado que lo haya pedido, pero ciertamente no quiere que este individuo sea elegido”, dijo. También dejó abierta la puerta a que se investiguen los reclamos, si se prueban ciertos vínculos o declaraciones. “Es algo que debería investigarse”, añadió. Mientras tanto, Trump ha dicho que Mamdani “aplastaría” la ciudad si llega al poder.

Y esto no es solo el ruido político: ocurre justo cuando el DOJ dice que la denaturalización vuelve a ser prioridad nacional (sí, lo que te explicamos arriba). En pocas palabras, el país está en un momento donde ser ciudadano naturalizado ya no parece garantía legal ni simbólica.

¿Las ideas también influyen? Sí. ¿Es legítimo querer derrotar a un político? Claro. ¿Es legítimo querer quitarle el derecho a ser ciudadano por lo que piensa? Esa es otra historia.

Y ahí está el punto: cuando se empieza a debatir si alguien merece ser ciudadano por sus creencias, entramos en un laberinto con pocas salidas. La ciudadanía no puede ser un contrato con cláusulas políticas. Porque entonces no es ciudadanía: es membresía condicional, y revocable. Mamdani es un caso extremo —y muy visible—, pero el mensaje es claro: si eres naturalizado y no encajas, tú ciudadanía puede ser revocada.

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