Lo que empezó como un rincón oscuro de internet para hombres frustrados con su vida sexual terminó moldeando buena parte del lenguaje online que usamos sin pensar. Términos como mog, maxxing, cuck o incluso el ya popular “sigma” nacieron en foros como 4chan y Reddit, donde comunidades incel (abreviación de "involuntariamente célibes") construyeron una subcultura pesimista basada en jerarquías de atractivo físico, resentimiento y supuestas verdades inmutables sobre el mercado sexual.
Lo que parecía demasiado misógino o extremo para ser tomado en serio, se camufló en memes virales, chistes de TikTok y jerga cotidiana. Y en ese tránsito pasaron de chiste privado a sentido común: ahora incluso marcas de fitness y lifestyle reproducen parte de ese vocabulario, sin saber bien de dónde viene.
Ese camuflaje fue clave: gracias a su capacidad para moverse entre la ironía y lo serio, el lenguaje incel se infiltró en plataformas como Instagram y TikTok, incluso en comunidades que no compartían sus ideas.
El “Chad vs virgin walk”, el looksmaxxing y hasta tutoriales de maquillaje basados en medidas faciales pseudocientíficas nacieron en esos foros. Influencers sin saberlo replicaron ideas profundamente problemáticas al hablar de “canthal tilt” o “hunter eyes”, mientras que millones de usuarios compartían memes que, sin proponérselo, normalizaban ideas sobre eugenesia, racismo o clasismo disfrazadas de humor o estética.
La plasticidad del lenguaje visual y la falta de contexto hicieron el resto: hoy, gran parte de ese vocabulario se recicla sin filtros en videos con millones de vistas, playlists de “self-improvement” y cuentas de masculinidad “positiva”.
Y aunque la mayoría nunca se radicaliza, el algoritmo no distingue entre burla y adoctrinamiento.
Las mismas palabras que hacen reír pueden arrastrar lentamente a usuarios vulnerables hacia ideologías peligrosas. Algunos jóvenes llegan a los foros de blackpill después de meses viendo contenido aparentemente inofensivo.
La historia del lenguaje incel no es solo una rareza de internet: es una advertencia sobre cómo los memes moldean la cultura, cómo las ideas más tóxicas encuentran caminos para hacerse virales, y cómo, sin darnos cuenta, terminamos hablando el idioma de comunidades que nunca habríamos querido entender. Porque a veces el camino del meme al dogma es más corto de lo que parece.